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El martes, día en que se dio inicio a la final del campeonato nacional infantil de fútbol, Alcides Saavedra regresó al estadio Romelio Martínez, el mismo escenario donde, en 1982, defendió el pórtico del Junior. El ahora entrenador de arqueros de las selecciones Valle no pudo evitar que lo invadiera la nostalgia al recordar la forma como salió de dicho lugar hace ya 30 años.

El Guacarí, apodo que le colocó Édgar Perea, pisó la grama del viejo coliseo de la calle 72 y de inmediato su mente se trasladó a aquel partido en el que, jugando para Millonarios, se enfrentó al Junior, en el octogonal del 83.

'Cuando terminó ese partido yo estaba en el arco sur (que daba sobre la tribuna de Corea) y tenía que atravesar toda la cancha para llegar al camerino nuestro. Me acerqué a la banca del Junior para saludar a mis excompañeros, a los técnicos y a los médicos. Las tribunas estaban repletas y la gente no dejaba de aplaudir. De repente la voz de Édgar Perea retumbó en todo el estadio diciendo: ‘Señor Guacarí Saavedra, ¿sabe para quién son esos aplausos? Para usted’. Con sinceridad le digo, se me vinieron las lágrimas. Ese es un recuerdo imborrable para mí'.

Esos aplausos para Saavedra fueron el tributo que la hinchada del Junior le brindaba a un arquero que un año atrás —1982— había cumplido una notable campaña con el conjunto tiburón, siendo titular indiscutible. Le tocó, nada menos, que ocupar el lugar que había dejado vacante un grande: el argentino Juan Carlos Delménico, arquero campeón con Junior en 1977 y 1980.

'En Barranquilla tuve uno de mis mejores años de mi carrera deportiva y para mí fue un honor haber sido tenido en cuenta para reemplazar a un arquero como Delménico', recuerda el Guacarí, quien llegó al equipo tiburón procedente del Independiente Medellín.

De aquel equipo del 82, que dirigió el argentino Néstor Manfredi, quien renunció poco antes de comenzar el octogonal, siendo reemplazado por Othon Dacunha, Saavedra destacó la base de jugadores de criollos y extranjeros que tenía Junior. 'Teníamos un gran equipo: Pedro Blanco —quien se daba patadas él mismo—, Amín Bolívar, Lucho Grau y Kiko Barrios que apenas empezaban. William Knight, Luisao, Luis Paulo y Teglia. Siempre me sentí orgulloso de estar en un equipo tan grande como Junior, con grandes dirigentes, responsables, que me cumplieron a cabalidad'.

Gracias a su gran campaña en el 82, Saavedra fue ratificado para el año siguiente, pero llegaron los hermanos Solari, (Jorge y Eduardo) quienes trajeron como arquero al argentino Daniel Carnevalli y relegaron al Guacarí a la banca.

'Yo tenía claro que si ellos —los Solari— habían traído a su paisano Carnevalli era para que jugara. Porque al extranjero cuando lo traen es para que juegue, no lo van a traer para que esté en el banco ganando en dólares. Eso me truncó un poco ser titular, y yo supe que por eso hubo inconvenientes entre dirigentes. Después Millonarios solicitó mis servicios y se hizo la negociación con el Medellín. En Millos me tocó debutar en un segundo tiempo contra Nacional por la lesión de Pedro Vivalda. Íbamos perdiendo 1-0, pero Peluffo empató y quedamos 1-1. Me tocó jugar como inicialista al siguiente partido contra Junior, en el Romelio Martínez. Perdimos 1-0 con gol de Bauza, que cabeceó un centro hacia el piso. Fue un golazo, por el gesto técnico y cómo agarró el balón. Metió un cabezazo como si le hubiera dado con el pie'.

Junior 1982: Arriba, Dulio Miranda, Luis Grau, Alcides Saavedra, Juan Miguel Tutino, Jesús Herazo y Víctor Pérez. Abajo, Amín Bolívar, Luisao, Daniel Teglia, William Knight y Óscar Bolaño.

Pese a la derrota, Saavedra fue la figura de Millonarios esa noche, en la que tapó de todo.

Después de pasar por Millonarios, Saavedra regresó al Medellín (84-85), luego fue al Unión Magdalena (1986), volvió a Millonarios (1987) y de nuevo pasó al Poderoso de la Montaña (88-89). En 1990 fue a Venezuela a jugar con el Deportivo Italia y luego militó en Acarigua, Carabobo y Marinos de Sucre. En 1999 se convirtió en entrenador de arqueros y trabajó en las divisiones menores del Deportivo Cali.

'Qué mejor curso que 22 años de carrera profesional, fue la mejor universidad que tuve: 44 semestres', asegura Saavedra, de 60 años, y por cuyas manos han pasado un sinnúmero de arqueros que han llegado al fútbol profesional como Carlos Peto Rodríguez (Junior), William Buenaños (Huila), Nelson Ramos (Millonarios), Gustavo Sánchez y Freddy Peña (Santa Fe), Jonathan Barona (Lanús), Luis Vásquez (Medellín), Óscar Meza (Quindío) y Camilo Martínez (Universitario de Popayán).

'Después de mí, los mejores arqueros de Colombia fueron Pedro Zape y Otoniel Quintana (bromea). De los extranjeros destaco a Falcioni, Carrabs, Delménico, Navarro y Quintabani. A ellos les aprendimos bastante'.
El gol que más recuerda como arquero del Junior fue uno que le marcó Juan Manuel Battaglia, de tiro libre en el Romelio Martínez. 'Había llovido, el balón picó antes y se coló', relató el Guacarí.

El apodo
Alcides Saavedra nació en Guacarí, Valle, y el nombre de su pueblo natal le dio origen a su apodo. Esto ocurrió cuando Junior iba a jugar un partido en Cali y Édgar Perea llegó a Guacarí a tomarse un jugo natural, una tradición en dicha población. Alguien lo reconoció y le contó que Saavedra había nacido allí. Ese mismo día, en el Pascual Guerrero, cuando dio la alineación del Junior comenzó diciendo: ‘en el arco Alcides ‘Guacarí’ Saavedra’ y así quedó para siempre. 'Perea me hizo famoso con ese apodo', reconoce.

Por Manuel Ortega Ponce
Twitter: @manuelortega3