Evaristo Mendoza Carvajal, el gaitero atlanticense que vivió un siglo completo defendiendo su legado ancestral Mokaná, ha muerto. Hoy más que nunca su legado se convierte en un tesoro que invita a las nuevas generaciones que producen música autóctona a valorar y custodiar ese sonido indígena que este hombre mantuvo vivo en estos tiempos de tanta modernidad.
Quienes lo conocieron a fondo no solo hablan del embrujo que producía con la gaita hembra, sino también de esa sonrisa fácil que ofrecía a cualquiera y por su célebre frase: 'Eso era lo bonito'.
Así se expresaba este centenario hombre oriundo de Tubará, Atlántico, sobre lo bonito de la música, la vida y los paisajes que a diario observaba desde su vivienda ubicada en la cabecera municipal, donde de manera constante sacudía su instrumento de viento para emular el sonido de los pájaros.