Hace pocos días me preguntaron por qué consideraba a las mascotas y preferentemente los perros como los mejores amigos del hombre y me vino a la memoria el caso de dos de ellos con quienes convivíamos en mi casa en Sincelejo. La hembra “América” y el macho “Brasil”, ambos sensibles, amorosos y siempre valió la pena tenerlos muy cerca.

Mi padre me decía, “quiero que tú te encargues, que tanto América como Brasil se comuniquen con todas las personas, que sean amigables”. Nunca había visto unos ejemplares tan fuertes, tan llevaderos, se prestaban para todo y fueron unos animales muy especiales. Entendí el valor de las mascotas en casa, en donde respetando sus derechos, requerimientos básicos y protección, logran convertirse en fuente de afecto, de unión, de compañía y armonía en el hogar.

En la publicación de un artículo del Portal Latin Pyme, de noviembre 2020, se destaca a la firma de consultoría Kantar World Panel, la cual señala que en Colombia hay 3,5 millones de hogares con mascotas: el 67 % de estas familias tiene perros; el 18 %, gatos y el 16 % restante afirma tener ambos. Asimismo, la Universidad de la Salle hizo público un estudio en el 2019 que concluye que en nuestro país existen cerca de 1 millón de perros callejeros. Y a partir del 2020, muchos relacionados con la pandemia en donde los hogares los han abandonado por la crisis de todo orden y, supongo yo, la que afecta el bolsillo, tener una mascota es un placer, pero impacta  la economía familiar. Se destaca que otros han tomado la decisión de la libre adopción, un gesto edificante y digno de apoyar.

Observo hoy, con preocupación y tristeza, que a partir del próximo 14 de julio a mascotas de 16 países de Latinoamérica, entre ellos Colombia, no les será permitido el ingreso a los Estados Unidos por políticas de prevención de las autoridades sanitarias (los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) ante el posible brote de rabia. Se harán excepciones, para los perros guía o los extranjeros que se mudan al país a residenciarse, y es que, según estudios, se afirma que cerca de 1 millón de ellas entran al año a los Estados Unidos. Un llamado a la conciencia de prevención y el cuidado con nuestras mascotas como conducta responsable y prioritaria. Me atrevo a decir que la importancia de ellas en un hogar es similar a la de cualquier miembro de la familia y, muy seguramente, si esta prohibición se alarga en el tiempo afectará el turismo en un porcentaje poco envidiable hacia el país del norte.

Mis recuerdos y añoranzas también me llevan, en este momento, a destacar a los perros famosos por sus actos heroicos: Balto, un husky siberiano, cuando en 1925 se vivió una epidemia de difteria en Alaska, y ante la necesidad de ir por medicamentos a más de 1.660 kms, este canino fue incorporado a un grupo de ejemplares guiados en trineos. Cinco días duró la aventura y apareció cumpliendo la misión en la ciudad de Nome, liderando un grupo de estos fuertes animales. Balto se transformó en leyenda luego de sus hazañas heroicas.

América y Brasil no fueron héroes, pero sí inteligentes, inolvidables y benditos, y nos hicieron llevadera la vida por momentos y para varios momentos.