Ni las graves equivocaciones ni los fracasos son aquí sinónimo de renuncia. Fíjense que ante el tremendo escándalo electoral y los cuestionamientos y dudas de fraude que suscitó su actuación al frente de tan neurálgica entidad, el registrador Vega no renunció.

Deberían hacerlo la ministra Orozco, y Jurado el de Cormagdalena, si de afán adjudican la absurda APP del Río que proponen.

Tampoco ha renunciado Fajardo después de la aplastante derrota sufrida como supuesto líder de la Coalición Centro Esperanza que no solo perdió con todos, sino que él mismo como precandidato fue derrotado por la que fue segunda en las listas del Pacto Histórico, la hoy precandidata vicepresidencial Francia Márquez, quien lo superó por ¡sesenta mil votos! una cifra nada despreciable, máxime cuando no era su par en la competición. Fajardo lleva ya demasiadas veces fracasando en sus intentos por llegar a la Casa de Nariño, y es hora de que se convenza que no llegará, menos esta vez que anda de capa caída, no mueve aguja. Empero, dado que a la final sus compañeros de coalición conforman una especie de colcha de retazos donde Fajardo ni pegaba ni nadie garantizaba apoyo al ganador, para conservar algo de coherencia seriedad y dignidad, aún le queda el camino de renunciar y adherir a ‘Fico’, y así honrar su cacareada política de que no participaba en la contienda presidencial por vanidad ni ego, sino por buscar el bien del país. Ahí tiene la gran oportunidad de demostrarlo.

Otro incapaz de renunciar fue el brutazo técnico Reinaldo Rueda. Con semejante nómina, de las más costosas de América y de las más reputadas; con semejantes delanteros descollando en Europa y otras ligas, pero jugando a nada. ¡Siete partidos sin anotar! No lo botaron al cuarto partido, y menos renunció. Dizque a esas alturas con un nuevo técnico nos iría muy mal. ¿Peor? Las fallas eran evidentes para hacerlo renunciar. Estaba cantado que no iríamos a ningún repechaje. Si bien al final salieron a bailar, fue con las dos más flojas, y cuando la orquesta ya se había ido. Es que si una buena nómina no conforma buen equipo, la culpa es del técnico.

Por ello el otro señalado para conjugar el verbo es Juan Cruz Real. Con una costosa nómina que denominaron como el PSG criollo, juega al garete, no se le ve un sistema, son apáticos, las mismas angustias, pierde con equipos de nómina mucho más limitada, no estimula a los jugadores ni les infunde esa enjundia propia de los equipos que se saben grandes. Ojalá no demore mucho en “renunciarlo” para no quedar tan mal en la Suramericana.

Coletilla política: Buena la decisión de Federico Gutiérrez en la escogencia de su compañero de fórmula vicepresidencial. Rodrigo Lara Sánchez, también exitoso exalcalde, un tipo correcto y serio que sin ayuda ninguna superó muchos obstáculos de todo tipo y logró sus propósitos. Hubo algunas quejas porque no escogió a un hombre caribe, pero sabemos que no nos gusta votar por los nuestros, hubiera sido peor, así que la selección de un connotado nativo de Neiva fue todo un acierto.

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