No se requieren mayores señales de la inquina de Petro hacia el Caribe colombiano, y especialmente hacia Barranquilla que, donde tiene oportunidad, nos jode. Son ya muchos los ejemplos: El guerrillero presidente nos odia, y no lo disimula porque también tiene claras evidencias de nuestro talante masoquista que se muestra en todas las encuestas de favorabilidad donde, por encima de las otras regiones del país, aquí puntea, es el mejor calificado. ¡Qué tristeza! Somos así.

Fíjense que en campaña viajó a Guajira y Cesar, donde la principal actividad económica es la explotación del carbón y, haciendo gala de su desfachatez, anunció que acabaría con su minería; empero, electoralmente ¡barrió! Incluso en Barranquilla donde la favorabilidad de Álex es arrolladora, y que se sabe que Petro detesta al charismo, en las encuestas, cuál masoquistas, ignoran lo de los panamericanos y otros ataques, la negativa para resolver los desbocados precios de la energía, lo del cobro de una absurda y atracadora valorización y, como si nada, le siguen marcando, aunque ya no mucho, debe ser porque a Álex pareciera no importarle demasiado la animadversión petrista, él está en lo que está y, mientras otros gobernantes se lamentan y hasta lloriqueando ruegan por apoyo gubernamental, el alcalde Char sigue palante, siempre encuentra financiación, se esfuerza por cumplirle a la gente, ya se está fundiendo la placa de concreto que cubrirá el arroyo de Rebolo, y avanza en paisajismo.

Álex no sólo le cumple a la ciudad, sino que se esmera en apoyar afines candidatos a la gobernación para que, no importa su afiliación política, haya continuidad en los proyectos, todos a una empujando para el mismo lado, y fue así como a través de Elsa Noguera y del liberal Eduardo Verano se logró el éxito de las estupendas obras de Puerto Colombia, entre otras la Plaza, la primera parte del Muelle, y ahora lo del Centro Gastronómico 1888.

Medalla de oro para el gran arquitecto José Pérez Orozco, autor del Caimán en el Malecón del Río en Barranquilla, quien también diseñó este marino Centro 1.888, otro soñado ícono regional, ambos proyectos inmersos en la idiosincrasia y la cultura Caribe, Pérez Orozco logra que el visitante se sienta integrado con el espacio, el entorno y la época, posee un don especial para convertir en inolvidable la experiencia de transitar sus obras. Ojalá sus luces iluminen la resurrección de la Plataforma de Atraque del inconcluso muelle, hoy abandonada isla de concreto cargada de historia, con inmenso potencial turístico.

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