Esta semana Apple volvió a convertirse en la empresa de mayor valor en el mundo con una capitalización de mercado de casi US$ 3.3 trillones, sobrepasando a Microsoft por primera vez en 5 meses. Como lo mencionamos en una columna reciente, el avance de Microsoft se debió en gran medida a su poderosa alianza con OpenAI, creador de ChatGPT, que le permitió a la compañía de Windows y Office desplegar elementos de inteligencia artificial en muchos de sus productos.

Esta última reacción de la bolsa se deriva principalmente del lanzamiento de Apple Intelligence, la propuesta de la empresa para integrar la inteligencia artificial en su sistema operativo. El anuncio es estilo Apple en su esencia: tomarse su tiempo para acoger una nueva tecnología, pero ser los que logran utilizarla para activar la imaginación de sus consumidores. En este caso la visión es una donde menos es más, en la que se prioriza una experiencia de usuario fluida por encima de cualquier otro factor y dándole una alta importancia a la privacidad de los datos.

Este enfoque va en contravía con el de la mayoría de los grandes jugadores que han apostado por invertir fuertemente, tanto en startups del sector o en desarrollar modelos propios, con un objetivo más hiperbólico que apunta al desarrollo de la inteligencia artificial general. Para Apple la idea es que la IA sea una herramienta práctica que ayude a la persona en tareas cotidianas de agenda, correo y movilidad, entre otras. El costo que el usuario paga es darle un acceso sin precedentes de su información a la IA de su iPhone, iPad o iMac.

Ahí es donde la privacidad de los datos se convierte en una cuestión crítica y la manera en que la empresa intenta mitigar la ansiedad de los futuros usuarios es proponiendo que la mayor parte del procesamiento no ocurra en una nube lejana sino en el mismo dispositivo. Lo cual también le da un argumento potente para que solo se habiliten estas funcionalidades en los aparatos más nuevos de la marca con mayor capacidad de cómputo. Para consultas que requieran ir a ChatGPT, con quién Apple anunció una alianza no exclusiva, el sistema le pide autorización al usuario para compartir los datos hacia afuera.

Tal vez lo más interesante es como el gigante de Cupertino logra nuevamente diferenciarse, y ponerse en los zapatos de usuarios que no necesariamente quieren saber cómo la inteligencia artificial va a cambiar el mundo, sino cómo les cambiará su día a día. Se puede resumir en uno de los slogans que usaron en el evento de esta semana: “IA para el resto de nosotros”.

@RPlataSarabia