Las dos más grandes apuestas recientes para el desarrollo económico de Barranquilla y el Atlántico se vienen sembrando conjuntamente entre el sector público y privado desde hace más de una década: convertirnos tanto en el epicentro del nearshoring manufacturero como en la capital energética de Colombia. Aún no lo hemos logrado, ya que falta lo más difícil, pero sí es evidente que ha habido avances significativos en ambos frentes. Especialmente porque en uno y otro caso la visión estratégica ha sido validada por megatendencias globales irreversibles.
En el caso del nearshoring, la pandemia y sus cierres confirmó al mundo desarrollado que confiar en cadenas de valor principalmente ubicadas en países lejanos y a veces hostiles ponía en riesgo el suministro de bienes esenciales. Por eso la nueva variante semántica del término, friendshoring, buscando naciones cercanas y amistosas con los principales mercados de consumo. Con respecto a la energía, nuestro optimismo como ciudad y departamento se pagó con los recientes descubrimientos de yacimientos de gas costa afuera, la confirmación de vientos propicios para la energía eólica, y la puesta en marcha en el Atlántico de las más grandes granjas solares del continente. Esta energía verde además es particularmente apetecida por los industriales con visión global. O sino pregúntenle a Bavaria, que espera abastecer su nueva planta en Palmar de Varela con energía solar generada por granjas cercanas.
¿Habrá entonces alguna otra apuesta estratégica competitiva de largo aliento que debemos priorizar? Esta semana en un evento de la Alcaldía de Barranquilla, la Cámara de Comercio y Puerta de Oro se confirmó de manera preliminar una hipótesis que el empresario de tecnología Omar Téllez venía esgrimiendo hace varios años. El crecimiento exponencial en el consumo de datos sumado a una posición privilegiada con 6 cables submarinos que ingresan a Suramérica vía Barranquilla nos da una oportunidad única: fomentar la construcción de uno o varios centros de datos a gran escala (CDGE) para convertirnos en el superpuerto digital de LATAM. Con recursos de Alcaldía y CCB y el apoyo de la consultora italiana BIP, se identificó que en efecto existen en Barranquilla las capacidades requeridas para intentar atraer a gigantes como Amazon Web Services, Microsoft o Google a que ubiquen sus CDGEs acá. Aún se requiere construir casos de negocio, avanzar con evaluaciones técnicas y diseñar políticas públicas, pero está en nuestras manos. Tal vez hoy suene quijotesca esta iniciativa pero recordemos que hace 10 años las otras dos apuestas también.