La secuencia rápida es así: en el año 2000 Unión Fenosa adquirió Electricaribe y comenzó un lento círculo virtuoso: invertir, hacer trabajo social, mejorar el servicio y de contera el recaudo. En el 2009 Gas Natural engulle a Unión Fenosa y da comienzo a un círculo vicioso: La inversión bajó hasta la mitad de lo que la Financiera de Desarrollo Nacional estimó como mínimo sólo para detener el deterioro del servicio. La frecuencia y duración de las fallas aumentaron un 25%. Como secuela, el recaudo cayó del 94% en 2009, cuando entró Gas Natural, al 83% en el 2016, cuando salió. Ese 11% en una facturación de $4,5 billones, significó una reducción de medio billón de pesos anuales; una gestión suicida. En 2019 el recaudo de Gases del Caribe, con 1 millón de usuarios, fue del 93% y el de Triple A, que atiende acueducto, alcantarillado y aseo de la mayoría de la población del Atlántico, fue del 91%.
Entonces, la afirmación de El Espectador de que “por ser cierta, la falta de una cultura de pago tiene asustada a las nuevas empresas”, es falsa; y luego asegura que “en estratos altos en ocasiones ni la mitad de las personas pagan las facturas”. ¿Qué significa “en ocasiones”? ¿En una cuadra? ¿En un mes? Una generalización ligera, ofensiva, irresponsable.
Un detalle organizacional poco conocido podría explicar actitudes y resultados tan opuestos de las dos empresas. Además del conocimiento de Fenosa del negocio, sus ejecutivos en Barranquilla reportaban directamente a España, mientras los de Gas Natural lo hacían a través de Bogotá, de manera que los mensajes eran mediados por funcionarios a quienes convenía arropar su ineptitud con los mismos prejuicios del editorialista de El Espectador. Entre los jesuitas, cuyo Principal está en Roma, un viejo dicho reza: “De Roma viene, lo que a Roma va”.
De otra parte, el apreciado Plan 5 Caribe, liderado por MinMinas y elaborado por la UPME, ha logrado atraer billones de inversión privada al Sistema de Transmisión Regional, que pagamos en la tarifa los usuarios del Caribe, y al Sistema de Transmisión Nacional, que pagamos en la tarifa los usuarios de toda Colombia. No es una dádiva del gobierno.
Finalmente, aparte del padecimiento cotidiano del 20% de la población del país, el problema de la energía en el Caribe es un asunto de competitividad nacional, no local; por sus puertos sale el 90% de las toneladas que el país exporta. Las empresas aquí localizadas son de colombianos de todas las regiones y de extranjeros de todos los países. Bienvenido el cambio. We are open for business.
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