Bienvenidos al mundo de la medicina y la psiquiatría epigenética. Estas nuevas ciencias nacieron como respuesta al ímpetu creado por los descubrimientos genéticos. En junio del año 2000, en la Casa Blanca, con bombos y platillos, los miembros del Proyecto Genoma anunciaron la decodificación de todo el código genético. Un gran logro de más de 1.000 investigadores de seis naciones. Orgulloso, el presidente Bill Clinton dijo: “Hoy estamos aprendiendo el lenguaje con el que Dios creó la vida”. Parecía ser el descubrimiento más grande de la historia. Clinton predijo que pronto encontrarían la cura para enfermedades como el cáncer, al poder “atacar” los genes responsables. Empezó la carrera por perfeccionar la ingeniería genética. Se veía a los genes como partes de un computador. Cambiando una pieza, resuelto el problema.
Esas promesas resultaron prematuras. Pronto se supo que el código genético no es una estructura fija, sino como un guion que puede ser modificado por diversas circunstancias. Nació una nueva ciencia: la epigenética. Esta se dedica a estudiar cómo los genes heredados se controlan y modifican al interactuar con el ambiente. La teoría anterior presumía que al nacer veníamos predestinados a ciertas enfermedades. La genética da una tendencia, la epigenética da la oportunidad de cambiar el destino biológico.
En el siglo 20 se pensaba que las enfermedades eran causadas por “vectores” externos. La salud pública se dedicaba primariamente a luchar contra factores como las plagas transmisoras de enfermedades. Ahora se cree que el principal vector responsable de la enfermedad es uno mismo. O sea que “el amigo o el enemigo están adentro”.
Se descubrió que los genes flotan en líquidos llenos de proteínas y otros elementos que regulan cuándo y cómo se “expresan” los genes. Muchos factores que uno puede controlar causan la activación o la desactivación de la carga genética. Las enfermedades crónicas, médicas y psiquiátricas se pueden prevenir o aminorar con comportamientos saludables.
Seis factores importantes:
1. Uno es lo que come. Se recomienda eliminar el azúcar y los alimentos procesados, reducir la grasa y carbohidratos y comer vegetales y frutas.
2. Uno es lo que piensa. Pensar negativo genera estrés, el cual sube el cortisol, sustancia que en cantidades altas activa nuestros peores genes.
3. Uno es lo que se mueve. 30 minutos diarios de ejercicio son la mejor medicina preventiva existente.
4. Uno es con quien anda. Se requiere una red de apoyo familiar y social nutritiva y agradable.
5. Uno es lo que hace. Importante envolverse en actividades productivas y generativas.
6. Uno es lo que siente. Hay que evitar los sentimientos negativos, como rabias o rencores.
Bueno, ya sabemos. Estas nuevas ciencias pueden ayudar a mejorar la salud física y mental. Importante crear conciencia en niños y adultos. Así vivirán saludables, contentos y pasarán de los 100 años.
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