A la hinchada de Junior, que asistió ayer en forma aceptable al ‘Metro’ (18.912 personas se reportaron en el informe oficial del club), no le voy a pedir mesura y comprensión. No es nada alentador que su escuadra comience los cuadrangulares semifinales de la Liga perdiendo en casa 3-1 ante Tolima.

Obvio que sienten molestia y desanimo por el abultado resultado y, sobre todo, supongo yo, por cómo se vio el equipo en el comienzo y en el remate del partido. Dominado, sometido, vulnerado, noqueado. Así se vio en el génesis y en el apocalipsis del duelo de ante el Vinotinto.

Tienen derecho a estar inconformes y pesimistas. Sin embargo, vale decir, aunque suene a frase de cajón, que la clasificación a la final de la Liga no se consigue ni se pierde en el primer partido de las semifinales.

Si cuando Junior empieza ganando una instancia de este tipo mucha gente advierte que no se debe sacar el carro de bomberos (y tienen razón), para el caso actual no hay que traer ya un ataúd.

Pero mi mensaje no es para la fanaticada, es más que todo para los jugadores, que ayer, después del tercer gol de Tolima (incluso en el 2-1), bajaron los brazos y se resignaron a la derrota.

Sí, había poco tiempo y ya la suerte estaba echada, pero el espíritu de lucha jamas se debe perder. Se puede errar un gol como el que desperdició Daniel Moreno, que solo debía ceder el balón a Teófilo que entraba solo por el centro; se puede escapar una pelota como la que se le fue por encima a Viera en el primer gol y les pueden robar un balón como le sucedió a Cantillo ante Álex Castro, es fútbol y cualquier cosa deportiva puede acontecer, lo que nunca debe faltar es garra, fuerza, entrega y sudor hasta el último minuto.

Lo que se vio en los 10 minutos finales, ya con el 3-1, fue un equipo rendido, entregado.

Por algo, en un momento Marlon Piedrahíta agitó sus brazos y reclamó a sus compañeros. Tolima pudo haber marcado dos tantos más.

Siempre, a pesar de la situación más adversa, hay que sacar combatividad.

“No nos den por muertos”, dijo Viera al final. Me gusta esa frase, esa es la actitud.

Este golpe de ‘Gamero y sus soneros’ puso a los Tiburones contra las cuerdas y lo mandó a la lona, pero apenas es el primer round. Se puede levantar. La pelea es peleando, no rindiéndose, no tiren la toalla todavía.