Las cifras más recientes del Producto Interno Bruto (PIB), que muestran un crecimiento del 0.7%, plantean los desafíos que enfrenta la economía colombiana. Este modesto crecimiento, distante de las expectativas previas, subraya la urgencia de enfrentar el estancamiento económico que afecta al país.

Diversos factores contribuyen a esta situación. La caída del 13.4% en la inversión, el bajo desempeño del consumo, la escasa ejecución presupuestal del Gobierno Central y el precario rendimiento de los principales sectores productivos y generadores de empleo, como la industria y el comercio, junto con la persistente volatilidad del mercado global y los impactos derivados de la pandemia, continúan ejerciendo presión sobre la economía nacional, agravando aún más el panorama económico de Colombia.

Para revertir esta tendencia, es crucial adoptar medidas que fomenten un entorno competitivo robusto y dinámico para el desarrollo de la innovación y aumento de la productividad que solo se logrará cuando se eliminen los factores de incertidumbre que se han convertido en una importante barrera para la inversión y se adopten reglas de juego claras que promuevan tanto la inversión pública como privada. Así mismo, es necesario reconocer que el sector privado es un motor clave para la inversión en infraestructura y desarrollo económico. Las inversiones generadas por las empresas privadas son esenciales para mejorar la competitividad del país, facilitar el comercio, la conectividad y fomentar un entorno empresarial más favorable que contribuya a la atracción de inversión extranjera directa.

En este sentido, se necesita también implementar una estrategia integral que aborde los problemas de infraestructura y lo servicios básicos en las diferentes regiones del país, no solo mejorar la calidad de vida de sus habitantes, sino también crear un entorno más atractivo para el desarrollo empresarial y la creación de empleo, contribuyendo así al cierre de brechas regionales económicas y sociales.

En este contexto, es imperativo una política de reactivación económica que promueva un entorno colaborativo entre el gobierno y el sector privado. Esta capacidad de articulación marcará la diferencia en la creación de empleo y en la implementación de estrategias y políticas económicas efectivas orientadas al crecimiento económico. Sólo a través de una combinación de políticas proactivas, reformas estructurales y trabajo conjunto entre el sector público y privado, Colombia logrará aprovechar su potencial y abrir camino hacia un futuro de prosperidad y crecimiento sostenible.