El pasado 3 de marzo pasado leí en EL HERALDO, una noticia que solo puede suceder en un país con una justicia fallida, con el increíble título de “Caen padre e hijo por hurto: tenían 42 anotaciones”, y en esta se informaba que el padre, de 65 años de edad, contaba con 24 anotaciones, y su hijo, de 32 años, con 18. Se explicaba en la noticia, cómo sucedió el robo, así como su captura, ambos con armas de fuego. En cualquier otro país la verdadera noticia sería que ese par de sujetos no estuvieran pagando condena en la cárcel, desde su primer o segundo delito. ¿Pero con 42 delitos y andando libres como cualquier ciudadano inocente? ¡Eso no es concebible! Así no habrá ni la más remota posibilidad de ofrecerle seguridad a una ciudad o país. Eso significa que la policía nacional había hecho su esfuerzo para capturar 42 veces a dos personas, y que estas aún estaban libres. ¡Eso es inaudito! Tengo la certeza que este hecho clasificaría para los Records Guinness. Lo que pensé al leer esa noticia, fue: Primero, es muy probable que el juez al que le corresponda este caso, argumentará cualquier vaina para justificar su libertad nuevamente; y segundo, ¿Cuántos delitos habrán cometido para que hayan sido judicializados 42 veces? ¡Supongo que 200 o más!
En una columna en EL HERALDO, publicada el 6 de enero del 2013, que titulé “Y los pillos, ¿a dónde van?”, hacía alusión a la cantidad de noticias en radio, prensa y TV, sobre antisociales de todo tipo, rateros, estafadores, abusadores, asesinos, secuestradores, traficantes, extorsionistas, políticos y funcionarios corruptos, etc., capturados diariamente, porque son decenas las capturas en Barranquilla y el Atlántico todos los días, y varios cientos en todo el país. Pero nunca aparecen noticias de nuevas cárceles para albergar a tanto malandro capturado. ¿Desde cuándo se está hablando de una nueva mega-cárcel en el municipio de Candelaria, en nuestro departamento? ¿Cuándo será esta, una realidad? Todos queremos que se agilice su construcción. Se ha anunciado la ampliación de 1.000 nuevos cupos en la penitenciaría de El Bosque, que se construyó para 600 reclusos y hoy tiene 1.400 con un hacinamiento extremo. Pero con mil cupos más, quedará para 1.600 presos y hoy tienen a 1.400 allí guardados. ¿Cuál es la idea? ¿Qué se puedan encarcelar solo a otros 200 y se cumpla su cupo, o que siga el hacinamiento y se encarcelen en El Bosque a 1.000 malandros más?
Supongo yo que nada puede ser más decepcionante y frustrante para la Policía, que volver a detener por enésima vez al mismo antisocial, quien puede, con sobrada razón, burlarse en su cara; ni pueden haber más razones para la inseguridad que percibe la ciudadanía, que comprobar en las noticias, que no hay castigo para quienes nos tienen azotados, condición que envalentona mucho más a tanto pillo suelto. Lo paradójico es que cuando en esas bandas, entre ellos, asesinan a un antisocial, se añade un muerto a la tasa de homicidios de la ciudad, pero simultáneamente hay un criminal menos en las calles.
A Barranquilla y al Atlántico les urge la mega cárcel de Candelaria, y ojalá esta sea diseñada con un modelo que obligue a los presos a trabajar durante su reclusión, para que con su trabajo paguen, por lo menos parcialmente, lo que le cuestan al Estado, que somos todos los contribuyentes. ¡Ojalá! Pero sin condenas de los jueces, y sin cárceles para los culpables, no habrá seguridad.
nicoreno@ambbio.com.co