Esta columna es una continuación de la pasada que titulé ¿B/bermeja y Pto. Salgar? Y se origina porque algunos lectores me hicieron ver que en esa, yo insistía en que para el desarrollo industrial y portuario de Barranquilla era indispensable que la alianza público privada, APP del Río, habilitara su navegación hasta Puerto Salgar y ojalá hasta La Dorada, cerca de los grandes centros de producción y de consumo del país, y no solo de aquí hasta Barrancabermeja, tramo en el que casi toda la carga es de hidrocarburos hacia Cartagena, manifestándome esos lectores, con toda razón, que la navegación entre Barranquilla y Puerto Salgar, no solo favorece la competitividad de nuestra ciudad, sino la de todo el país porque bien es sabido que el excesivo costo de los fletes nacionales es una de las principales causas del encarecimiento de nuestros productos de exportación, y con un económico transporte fluvial hasta los puertos de Barranquilla y Cartagena, estos serían mucho más competitivos en el exterior. Pero también me insistieron en que tradicionalmente los barranquilleros hemos cometido el mismo error que yo cometí en esa columna pasada, vendiendo ante la prensa y ante los entes del Gobierno que la futura APP del Río solo favorece a Barranquilla, entre otras razones porque de manera inentendible parecería que solo nosotros hacemos presión para lograrla, cuando están quedando por fuera del próximo contrato, Puerto Berrío en Antioquia, desde donde los fletes terrestres son muy costosos, Puerto Nare, con gran carga de minerales y cemento, Puerto Salgar en Cundinamarca, cerca de las minas de carbón coque de Lenguazaque, así como de la producción industrial de Bogotá y sus alrededores, y si se fuera más ambicioso, abrir el canal a la Dorada, con todo el mercado y oferta del Eje Cafetero.
Habilitar el río Magdalena para un transporte fluvial seguro y confiable durante los 365 días del año permitiría transportar manufacturas producidas en Barranquilla y materias primas importadas por nuestros puertos y por los de Cartagena, hacia el interior del país, pero así mismo, favorecería enormemente a las industrias exportadoras del interior, y con mercado de sus productos en la costa, así como a las poblaciones portuarias a lo largo del río, y son más que suficientes las anteriores razones para que los alcaldes de esos municipios, así como los gobernadores, congresistas, industriales y fuerzas vivas de esos departamentos, se unan a las gestiones que aquí adelantamos, y también le exijan al Ministerio del Transporte y al presidente, la inclusión del tramo faltante a la nueva APP, porque definitivamente solo se podrá lograr que el Gobierno incluya ese tramo, con una presión de todos los que han sido tradicionalmente perjudicados por no contar con un flete competitivo. Así que nuestra nueva tarea sería aglutinarlos y formar un bloque con suficiente peso para lograr esa necesaria ampliación de la futura APP del Río.
Y es que una vía fluvial, así como una férrea o una carretera, no puede concebirse incompleta. Una vía de cualquier índole, si está mocha, está mocha, ¡Y punto! Y la actual APP de Río, está sencillamente mocha para Barranquilla, pero también lo está para Colombia. Así que es indispensable desarrollar una estrategia para exigirle al Gobierno que a la mayor brevedad el Magdalena sea navegable hasta Puerto Salgar o La Dorada. Gestión que deberíamos iniciar de manera inmediata.
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