Las denuncias sobre presuntos abusos sexuales por parte de miembros del ejército nos deben dejar varias reflexiones.  Primero: La degradación de esta guerra hizo que el cuerpo de las mujeres fuera tomado como un botín de guerra por parte de todos los actores del conflicto, las macabras historias de las violaciones por parte de los paramilitares, los actos inhumanos cometidos por las Farc no solo contra mujeres de la población civil sino contra sus mismas mujeres que violaban en los campamentos después de reclutamientos forzados y  siendo la mayoría de ellas menores de edad, los abusos y aberraciones de los narcotraficantes donde las mujeres eran objetos de poder y trofeos que hasta se llegaban a intercambiar, y la vulneración de los derechos de las mujeres por parte de agentes del Estado quienes, pese a que debían ser garantes de los mismos, terminaron violándolos también.

Segundo: Frente al caso de la presunta violación de una niña en Guaviare que denunció Ariel Ávila y su equipo de investigación del programa El Poder, es increíble que agentes de la Fuerza Pública ingresan con niña a una instalación militar y la mantuvieran retenida allí durante 5 días mientras era violada, y nadie vio ni se enteró de nada; Ariel Ávila deja de manifiesto que la Defensoría del Pueblo al tener conocimiento de este caso hace presencia con Naciones Unidas y presentan informe al Ejército, Bienestar Familiar y Fiscalía, y la respuesta de estas instituciones fue el clásico “estamos adelantando las investigaciones pertinentes”, paralelo a eso se supo que los responsables simplemente fueron asignados a nuevos cargos; si no es por las valientes denuncias periodísticas nunca hubiéramos conocidos estos casos,  y ahora con la presión mediática encima el comandante del Ejército salió a confirmar que a hoy no son solo los militares involucrados en este caso y los 8 de la violación de la niña en Risaralda,  sino que hay 118 investigaciones de militares involucrados en presuntos abusos sexuales; sumado a esto van apareciendo nuevas cifras, según el Portal Pacifista que cita un informe de la Fiscalía, entre el año 1993 a 2016 se tienen noticias de 206 casos de violencia sexual que involucran a 243 miembros de la Fuerza Pública, 281 víctimas de las cuales 77%  fueron mujeres y de estas 42% menores de edad.

Tercero: La impunidad reina, cada Ministro de Defensa, sin importar su nombre o apellido, llega con un discurso institucional aprendido y solo repite un libreto, el clásico de “rechazamos estos hechos, les va a caer todo el peso de la ley, y no vamos a parar hasta encontrar los responsables” sin mayores resultados; y por el otro lado es increíble el silencio histórico y pocos resultados por parte de la Fiscalía y la Procuraduría frente a estos hechos.

Cuarto: La estrategia del desprestigio en contra de quienes investigan y denuncian, planteando que esto es un ataque a la democracia, a las instituciones y que es un complot de la izquierda internacional comunista castro-chavista, y encendiendo hordas de fanáticos para frenar las investigaciones, cuando en el fondo lo que hay son delitos tipificados en el código penal que deben ser juzgados. Es claro que la Fuerza Pública está compuesta en su gran mayoría por gente honesta, buena y que trabaja por su país, pero mientras no se corte de raíz el concepto de unidad de cuerpo frente al delito, seguirán pagando justos por culpa de unos malhechores.