Un año más del gobierno de Iván Duque y la situación en materia de seguridad cada vez está peor, un aumento de las masacres, aumento del control territorial por parte de las disidencias y grupos armados, un aumento de los indicadores de homicidios y hurtos en las principales ciudades del país y una serie de abusos policiales y violaciones a los derechos humanos documentados por Naciones Unidas. La sensación, según las encuestas, de que todo va mal va en aumento y este es el legado de Duque en materia de seguridad, pero analicemos un poco más a fondo el panorama. 

Primero. El año anterior ( 2020), según Naciones Unidas, tuvimos más de 76 masacres en el país, número que es más alto según registros de diferentes ONG independientes, pero ya el número de 76 es escabroso, pues para 2021 la cifra llegó a 92 masacres en Colombia, cifra propia de un país en medio de una guerra civil. 

Segundo. Las disidencias crecen en número de hombres y control territorial, en este sentido tenemos las disidencias de paramilitares, el Clan del Golfo, que, pese a la captura de alias Otoniel, mantiene intactas sus estructuras; las disidencias de Farc, tanto las de Gentil Duarte que han venido absorbiendo otras como la Carlos Patiño o la Dagoberto Ramos, por ejemplo, y las disidencias de la Segunda Marquetalia de Iván Márquez, que pese a que perdió sus brazo armado con la muerte de ‘el Paisa’ y ‘Romaña’, y parte de su ala política con ‘Santrich’, bajas que se dieron por sus guerras internas con las disidencias de Gentil Duarte y grupos de mercenarios que los buscaban en Venezuela y no por éxitos de los militares colombianos, hace que la organización esté golpeada, pero no va a desaparecer, porque pese a todo la Segunda Marquetalia ya controla y factura rutas del narcotráfico, la minería ilegal y hace que – independiente de quienes estén en la cúpula– ya sea una estructura que anda sola. En esa misma línea cabe decir que el narcotráfico no ha disminuido y Colombia sigue siendo el primer productor de cocaína en el mundo. 

Tercero. La inseguridad ciudadana llegó a topes muy altos. Un crecimiento muy grave de los indicadores en homicidios y hurtos, como los presentados en Bogotá, son una verdadera derrota en materia de seguridad ciudadana. 

Cuarto. Si los delincuentes urbanos y rurales andan a sus anchas, este año el abuso policial quedó registrado en videos y fotos que hicieron que desde el parlamento europeo, la Organización de Estados Americanos, hasta el mismo presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, se pronunciara pidiendo control y protección de los derechos humanos ante lo que estaba sucediendo en las calles en Colombia. Naciones Unidas publicó un informo en el que demostró 28 asesinatos durante la protesta, abuso sexual por parte de miembros de la policial y capturas ilegales, un verdadero coctel de represión estatal. 

Este es un breve resumen del legado de Iván Duque, Diego Molano y Rafael Guarín en materia de seguridad. Esperemos que las investigaciones en materia de derechos humanos nos sigan mostrando qué más pasó y cuál es la responsabilidad de este gobierno en esta crisis de seguridad durante este 2021.