Esta ha sido una semana difícil para la administración de Gustavo Petro en materia de seguridad, las acciones armadas del Clan del Golfo quemando vehículos, desplazando comunidades y ejerciendo el terror en diferentes zonas del país han puesto sobre la picota pública la apuesta de paz total que tenía el gobierno Petro con este grupo armado. Frente a este escenario podemos plantear cinco reflexiones:

Primero. Desde el inicio sabíamos que el concepto de paz total es ambicioso e idealista, pero por las lógicas del conflicto armado donde estamos frente a una serie de organizaciones criminales, ya no índole político, sino narcotráfico y dedicadas a los portafolios de economía ilegal es imposible pensar que puede haber una paz total con todos los grupos armados del país.

Segundo. Las acciones armadas del Clan de Golfo demuestran que no es una organización piramidal jerárquica como lo eran las Farc, el Clan del Golfo se caracteriza por un alto nivel de descentralización, y esto que está sucediendo, que por una parte hablan con el Gobierno y por otra adelantan acciones armadas en medio de un cese al fuego demuestra que no es una organización de mando único centralizado, sino que hay una facción importante del Clan que no está interesada en acercamientos de paz.

Tercero. En Colombia estamos viviendo lo que se conoce como conflictos de alta fragmentación, quiere decir, los grupos armados de la década del 90 y 2000 que tenían un mando centralizado y visible se han atomizado en pequeñas organizaciones, razón por la cual para el Estado cada vez es más difícil identificarlos, atacarlos y mucho más intentar sentarlos a todos en un mismo proceso de negociación o sometimiento a la justicia.

Cuarto. El Gobierno dio un paso al frente anunciando un cese al fuego bilateral con el Clan del Golfo, que para los analistas en temas de seguridad fue un error, porque los ceses al fuego bilaterales se dan no al inicio, sino a la finalización de los acuerdos, y para ello tiene que existir un sistema de monitoreo y verificación. En este caso el Gobierno, por intentar dar resultados rápidos, dio un paso poco estratégico, el error no duró más de tres meses para hacerse visible y paso lo que todos veíamos venir.

Quinto. Intentar hacer un proceso de sometimiento a la justicia con todos los grupos armados es sin lugar a dudas un objetivo importante y muy valioso, todos los esfuerzos por la paz siempre deben acompañarse desde la sociedad civil, pero lo cierto es que en el gobierno Petro no es muy claro.

Cuál es su estrategia de paz y de seguridad, estrategias que deben ir de la mano porque no son excluyentes, al contrario son estrategias complementarias, hoy tenemos muchos vacíos frente a cuál es la estrategia de paz y de seguridad en este gobierno, esperamos que rectifiquen el camino porque el tiempo pasa y la desconfianza frente al concepto de paz total se va apoderando de la opinión pública.