En estos días que el mundial de fútbol nos tiene a todos atrapados, es bueno hacer algunas reflexiones al rededor del balón y los derechos humanos.

Primero. Al ver las selecciones europeas un número importante de sus jugadores son hijos de migrantes africanos, hoy vemos por ejemplo en la selección de Francia a los Kante, Sissoko, Dembele, Mbappé , como estrellas de la selección, apellidos que en otra época solo vinculábamos a selecciones africanas, pero hoy son las fichas claves de una de las mejores selecciones del mundo.

Y en esto hay dos caras de la moneda, por una parte una muy positiva, y es la inclusión real de los migrantes, y demostrar una vez más como ellos pueden aportar de una manera significativa a sus países de adopción, pero la otra cara de la moneda es como mientras los jugadores son aplaudidos los discursos racistas y de xenofobia siguen activos en las calles europeas.

Segundo. Lo peligroso es que estos discursos de odio y xenofobia no son un tema menor o de unos pocos desadaptados, es el discurso de la extrema derecha francesa que encarna Marine Le Pen y que tiene tanta acogida que la llevó este año a una candidatura presidencial y que llegó a la segunda vuelta donde perdió con Emmanuel Macron, y cabe destacar que esta misma disputa presidencial ya se había dado en las elecciones anteriores, van dos veces que Le Pen y su discurso llegan a la segunda vuelta presidencial, hecho que demuestra que el discurso de racismo y xenofobia no es un tema aislado.

Tercero. No sólo es la Francia de Le Pen, en toda Europa los partidos de extrema derecha han ido ganando espacios políticos, adeptos y votos, el discurso contra los migrantes africanos, latinos y asiáticos, toman cada vez más fuerza, y los discursos nacionalistas han ido posicionándose nuevamente, sumando a los intentos de fractura de la Unión Europea que se han ido justificando en la crisis económica.

Cuarto. Sin lugar a dudas que lo que vive hoy el pueblo ucraniano es una tragedia humanitaria, ver las imágenes de miles y miles de personas huyendo de la guerra en trenes sólo evocan las imágenes de la segunda Guerra mundial, pero lo mismo que sufren ellos sufren los refugiados de guerras africanas, pero ahí si discurso cambia, ya el refugiado africano lo ven como un problema y el responsable de la inseguridad.

Reitero el discurso de racismo y xenofobia no es un tema aislado en Europa, es un tema que gana adeptos pone votos y como lo mencione ha llevado en Francia dos veces a pelear la presidencia a Marine Le Pen.

Esta historia no es nueva y nos recuerda la del gran boxeador Mohamed Alí, que después de ganar el título mundial de los pesos pesados y ser el mejor boxeador del mundo llegaba a su país a vivir el peso de la discriminación por su color de piel. Mientras los Kante, Sissoko, Dembele, Mbappé siguen cosechando triunfos con su selección, las Le Pen siguen viviendo del odio y el racismo, lo peor es que muchos franceses gritan los goles de Mbappé y votan por Le Pen.

@nestorrosania