Comenzó un nuevo intento de paz entre el Estado Colombiano y la guerrilla del ELN, este es el quinto intento de diálogo con este grupo armando y en esta ocasión tenemos unas variables que pueden estar a favor en el desarrollo del proceso, revisémosla.
Primero. No se arranca de cero, este proceso comienza ya propiamente desde la fase de negociación de la agenda y ya con puntos avanzados, en este sentido cabe recordar que un proceso de paz está compuesto por tres fases: Primero es la fase exploratoria, donde se acuerdan los puntos que se van a negociar, cuáles no, y cuál es la metodología de la mesa, la segunda fase es la negociación sobre la agenda pactada y la tercera la implementación de los acuerdos, en el caso del ELN la fase exploratoria con el gobierno Santos fue sumamente lenta y compleja, poder acotar una agenda de cinco puntos claros y definidos fue todo un logro porque el ELN al igual que las Farc al comienzo de los diálogos quería una agenda abierta para hablar de todos los temas nacionales, y hacerlos entender que se debe trabajar sobre una agenda cerrada fue uno de los logros que dejó el intento en el gobierno Santos.
Segundo. Ya en la fase de negociaciones se había avanzado sobre unos primeros puntos y borradores, y a partir de estos es que comienza este nuevo proceso.
Tercero. Es la primera vez que el ELN se sienta a negociar con un gobierno de izquierda, y de orígenes guerrilleros como ellos, las cuatro veces anteriores tenía como antagonista a gobiernos de derecha que representaban el establecimiento, con los cuales negociar fue muy difícil, y aquí es donde el ELN tiene una oportunidad histórica de avanzar rápidamente en la negociación, porque una de las lecciones aprendidas que dejó el proceso de paz con las Farc es que deben intentar negociar y llegar a la implementación de los acuerdos por lo menos en la primera fase con el mismo gobierno, porque les puede suceder lo de las Farc, que negociaron en Santos pero Duque les puso el palo en la rueda y no quiso avanzar realmente en la implementación.
Cuarto. Que la negociación se construya como política de Estado, y en este sentido es muy importante la figura de José Félix Lafaurie, por que el representa el ala más radical de la derecha en Colombia con su esposa María Fernanda Cabal, y que ellos estén ahí permite que lo negociado en la mesa se pueda implementar si en 2026 llegara al poder nuevamente un gobierno uribista.
Quinto. La participación de militares activos y retirados en la mesa de negociaciones y en las sub comisiones técnicas es vital, esa fue una de las lecciones aprendidas positivas del proceso de la Habana.
El ELN tiene una oportunidad histórica por que las condiciones y oportunidades que tiene para la negociación no las había tenido antes, esperemos que entiendan que solo tienen cuatro años para negociar e implementar, que el país quiere resultados y gestos de paz contundentes por parte del ELN, a ver si por fin pasamos la página de la violencia política.
@nestorrosania