Sin lugar a dudas siempre hay que apostarle a la paz, siempre hay que trabajar por buscar una salida negociada de los conflictos.
Ahora bien, en Colombia la violencia y el conflicto tiene un piso muy sólido que es el narcotráfico, negocio que es el motor y combustible de los grupos armados, pero del cual también se ha lucrando una parte importante del país, una parte de la clase política y otros actores de la sociedad.
Durante muchos años se tenía la narrativa que si se daba de baja al cabecilla de un grupo armado o del narcotráfico se terminaba el conflicto en el país, esa narrativa viene desde el período de la violencia en los años cincuenta cuando militares y policías perseguían a Guadalupe Salcedo, Sangre Negra y otros bandoleros, todos estos murieron y la violencia siguió intacta en Colombia.
De la violencia bandolera pasamos a la violencia guerrillera, en 1964 el nacimiento de las Farc, el ELN y después otros grupos armados como el EPL, El Quintín Lame, La Corriente de Renovación Socialista, el M19, y otros, derivó en que la violencia se expandió por todo el país pero la narrativa era la misma, si se da de baja a los comandantes de esos grupos guerrilleros se terminaba la violencia en Colombia, a hoy solo el ELN sigue activo y la violencia sigue campante.
Después se sumó a la violencia guerrillera, la ola de terror paramilitar que actúo más bien como cómplice del Estado, la combinación de violencia y política, el paramilitarismo iba de masacre en masacre y a la par se tomaba alcaldías, gobernaciones y hasta el Congreso, pero finalmente los comandantes paramilitares de esa época tampoco están ahora en armas y la violencia siguió intacta. Los carteles del narcotráfico en especial Cali y Medellín bañaron el país en sangre, los capos de los carteles muertos y la violencia no para en el país.
De toda esa generación de grupos armados y narcotraficantes hoy tenemos los que los remplazaron, quiere decir el Clan del Golfo, La Nueva Marquetalia, el Comando Coordinador de Occidente etc. etc. etc., y con esta nueva generación de actores armados es que se está construyendo los marcos jurídicos de la Paz Total, donde el único proceso de paz que estará vigente es el del ELN y con los demás grupos habrá es procesos de acogimiento a la justicia, ya que no se les dará un status político a estos nuevos grupos armados.
Ahora bien, desde la investigación académica y periodística sabemos que seguramente se acogerán algunos grupos, algunos cabecillas, que buscarán penas blandas, solucionar sus temas con la justicia y quedar con dinero, pero así como pasó en Buenaventura con la organización criminal la Empresa que se partió en dos alas, los Espartanos y los Shotas, y que después de que eran un solo grupo los vimos por las calles del puerto a tiros de fusil en plena guerra entre ellos mismos, eso mismo es lo que ha venido sucediendo en lo largo y ancho del país, los grupos armados aparecen, se dividen, hacen nuevas alianzas, desaparecen, casi que por un grupo armado que desaparece luego aparecen 2 o 3 nuevos, y cuando revisamos el problema de fondo es el mismo de toda la vida, la plata del narcotráfico, entonces mientras Estados Unidos y Europa que son los mayores consumidores a nivel mundial no solucionen el tema, en estos países pobres como Perú, Colombia, Honduras, Salvador, México vamos a seguir naciendo, creciendo y muriendo en una guerra sin cuartel, cíclica y generacional. Pará finalizar solo les dejo una reflexión y una pregunta.
La reflexión es que la plata grande del narcotráfico no se queda en los países productores o de tránsito, se queda en los países consumidores donde se vende al por mayor y en dólares o euros la cocaína, y la pregunta es, ¿ustedes saben cómo se llama el Pablo Escobar, o Chapo Guzmán versión gringo?, o ¿cómo se llama el Cartel de Cali, Medellín o Sinaloa versión gringo? Nadie sabe, y cuando se les pregunta a los americanos ellos dicen que allá no hay y que el problema somos nosotros. Con ese panorama no estamos cerca de la paz total.