Que mamadera de gallo. Realmente no logro entender nada de esta situación: cómo un peaje de control mal planteado, al cual la comunidad y las entidades le han puesto en bandeja de plata todas las soluciones, sigue siendo para la administración nacional un tema tan complejo de solucionar. ¿O es que no se quiere solucionar?

Después de manifestaciones pacíficas por parte de la comunidad, de conversaciones durante 2 meses en el marco de unas mesas instaladas, donde por primera vez en la historia una comunidad aceptó el aumento de la tarifa de un peaje en otro sector (peaje Puerto Colombia) para compensar y no desbalancear el contrato, y luego de que en este mismo espacio, el presidente de la ANI y el ministro de transporte se comprometieran públicamente ante contraloría y procuraduría, a no volver a cobrar las categorías 1 y 2 (carros y buses), no se entiende como seguimos en decretos semanales que no dan soluciones de fondo.

Además, se ha conocido en los últimos días que existe internamente una decisión para volver a cobrar todas las categorías en dicho peaje, justificándose en que una norma prohíbe el no cobro. Después de todo este tiempo los funcionarios nacionales salen a decir esto. ¿Será que en estos dos últimos meses sin cobro se incurrió en un delito? ¿Volvimos al punto cero? ¿O tal vez nos estamos enfrentando a la realidad de unos funcionarios públicos que llegan a engañar y a hacer compromisos vacíos?

Al final lo que queda es un sinsabor, porque se empieza a percibir la falta de voluntad de estos funcionarios para cumplirle a la gente. Se hace evidente que no han actuado en el interés público, pues las soluciones han llegado por parte de la misma comunidad o de los entes locales. El gobierno Nacional no está arriesgando nada: no se le han pedido recursos, ni que cambien las políticas de fondo. Solo existe por parte de ellos el argumento de que, si ceden en esta petición, se ponen en riesgo de tener que ceder en el cobro en otros lugares. Pero, por el contrario, estas mesas han sido, a mi parecer, un ejemplo de cómo deben ser las discusiones sobre este tema en el país: los peajes se pueden reubicar siempre y cuando haya una fuente alterna de financiación que no interrumpa los derechos adquiridos de los concesionarios.

Este ejercicio ha demostrado que, en lugar de ser una amenaza, estas mesas son oportunidades de acercarse al sentir de la gente y darle soluciones de fondo a problemas reales, que es el verdadero propósito de la función pública. Por eso los ciudadanos deben seguir exigiendo las soluciones y haciendo control y fiscalización, para que estos malos funcionarios le sigan rindiendo cuentas a la gente.