Esta semana Barranquilla fue epicentro de una conversación global sobre cómo los territorios pueden ser protagonistas del desarrollo económico, social y ambiental. El Foro de Desarrollo Local de la OCDE, que reunió a más de 3.400 participantes de más de 100 países, convirtió al Centro de Eventos Puerta de Oro en un hervidero de ideas, experiencias y propuestas que conectan lo local con lo global.

Más allá de la magnitud del evento, lo relevante fue el enfoque. Se habló, entre otras cosas, de empleo digno, digitalización del sector público, economía del cuidado y sostenibilidad. Pero no desde la teoría, sino desde la práctica: cómo los gobiernos locales pueden implementar políticas que respondan a sus realidades, con herramientas concretas y alianzas efectivas. En otras palabras, cómo pasar del discurso a la acción.

Barranquilla no fue solo anfitriona, también fue ejemplo. Su transformación urbana, su apuesta por la sostenibilidad y su capacidad de atraer inversión y talento fueron reconocidas por los asistentes quienes tuvieron la posibilidad de conocer de primera mano el Malecón, la Ciénaga de Mallorquín, Barrio Abajo y otros proyectos de ciudad. Pero también se puso sobre la mesa que el desarrollo no puede depender únicamente de grandes obras o cifras macroeconómicas. Se necesita participación ciudadana, innovación desde las comunidades y una institucionalidad que escuche y actúe.

Uno de los momentos más comentados fue la discusión sobre la informalidad laboral, un fenómeno que afecta a millones en América Latina. La OCDE propuso enfoques integrales que combinan formación, acceso a servicios financieros y simplificación normativa. En paralelo, se presentaron casos exitosos de territorios que han logrado reducirla con políticas focalizadas y acompañamiento empresarial.

El foro también dejó claro que el desarrollo local no es un asunto menor. Es, de hecho, la base sobre la cual se construyen economías resilientes y sociedades más equitativas. Y que para lograrlo se requiere algo más que recursos: se necesita visión, voluntad política y capacidad de ejecución.

En la conferencia de cierre del evento Lamia Kamal-Chaoui, Directora del Centro de Emprendimiento, PYMES, Regiones y Ciudades y de la OECD, cerró su intervención con la famosa frase de Joe Arroyo: en Barranquilla me quedo. El Procurador Gregorio Eljach la secundó. La sensación que queda es que todo este esfuerzo de transformación de ciudad está cerca de un punto de inflexión donde al mostrarse cada vez al mundo aceleramos exponencialmente nuestro progreso y atraemos más talento, inversión, crecimiento y oportunidades. Vamos por más!

@RPlataSarabia