Ello tendrá un efecto multiplicador en recuperación y generación de empleos, mayor demanda de bienes y servicios, y creación de un círculo virtuoso con impacto positivo en la economía.

Según la Cámara Colombiana de Infraestructura, la construcción tiene una participación del 7% en el PIB del Atlántico, mientras que la del subsector de obras civiles llega al 8,1%. CCI estima que para finales de 2021 el crecimiento en infraestructura en este departamento será de alrededor del 6%, lo que abre una oportunidad para generar una alta dinámica productiva.

Estos datos validan los anuncios de la Nación, la Gobernación del Atlántico y la Alcaldía de Barranquilla de ejecutar inversiones en estos sectores que, en conjunto, suman cerca de 20 billones de pesos.

Es recomendable apalancar este fuerte músculo fiscal con una distribución de esas millonarias inversiones entre el mayor número posible de oferentes, bajo principios de igualdad en las oportunidades de contratación, con el fin de recuperar a las medianas y pequeñas empresas de ingeniería locales, diezmadas por el devastador impacto de la crisis desatada por la pandemia de la Covid-19, e incrementar la capacidad de agregar valor de nuestra economía.

Con la ejecución de los proyectos más representativos podrían generarse 110 mil empleos, de acuerdo con estimaciones de la Cámara de Comercio de Barranquilla. Ello basado en un análisis del Banco Interamericano de Desarrollo, según el cual los empleos indirectos e inducidos asociados con proyectos de infraestructura representan entre 0,4 y 1,8 veces del total de los generados directamente.

Entre esas iniciativas se destaca por la Nación, la APP de recuperación de la navegabilidad del Río Magdalena, con inversiones por 1,3 billones de pesos y con cerca de 16 mil empleos a generar.

Para el Atlántico, la Gobernación destinará $1,2 billones para fortalecimiento de las vías secundarias y terciarias, ‘Parques para la gente’, reactivación de los distritos de riego, construcción de plazas, la apuesta turística general, la ampliación de la calle 30, el Puente de la Hermandad, y el análisis de alternativas y diseño del Tren Regional del Caribe.

La Alcaldía Distrital, que ya definió una inversión de $5,2 billones de pesos en 2021, considera que cada peso invertido tendrá un efecto multiplicador de 6 en la economía, por lo que es posible anticipar su impacto en crecimiento del PIB local y de la reactivación productiva.

Entre los proyectos anunciados se destacan la recuperación del sistema de caños; las expansiones en acueducto y el saneamiento de cuencas; y la intervención integral de la Ciénaga de Mallorquín, alineada con el propósito de convertirnos en una biodiverciudad. Se resalta también la integración del sistema de transporte; ‘Barrios a la obra’; la intervención de los mercados; y el proceso de renovación urbana para el centro histórico.

El horizonte de obras de infraestructura es claro, variado y nutrido. El desafío es poner a andar todos esos proyectos, articular su promoción y ejecución desde las diferentes instancias de Gobierno, y comprometer a todos los actores –entre ellos al sector privado– para hacerlos realidad en el menor tiempo posible. La recuperación empresarial y económica no da espera.