Después de una larga temporada de comentarios, sanas discusiones y, en muchos casos, de ofensas, es importante que reflexionemos como país sobre lo que verdaderamente queremos y, en ese orden, tomemos una decisión democráticamente responsable, que sea coherente con los principales puntos que preocupan a los colombianos.
El país que queremos construir, por el que trabajamos todos los días, merece la oportunidad de avanzar, de cerrar capítulos de violencia que lentamente han rezagado los caminos a una sociedad que goce efectivamente de sus derechos, que pueda acceder a la educación y tenga la capacidad de pensar con criterio sobre lo que vendrá en el futuro. Seguir apostándole a los dolores y rencores del pasado no nos llevará a un lugar diferente al que nos encontramos actualmente: una sociedad dividida, millones de víctimas a las que no se les han restablecido plenamente sus derechos, trabajadores de todas las áreas que sufren el precario sistema de seguridad social, comunidades afectadas por los errores que hemos cometido contra la naturaleza y regiones apartadas en donde impera todo menos el Estado de derecho. Prefiero ser considerada una idealista que seguir intentando utilizar un mal remedio que ha sido probado y que ha demostrado no funcionar. El clientelismo, la relación simbiótica de algunas posturas políticas con la vigencia del conflicto armado, la vergonzosa corrupción que ha impedido que el erario público se invierta para lo que fue destinado y, el desconocimiento de múltiples factores que componen una democracia son algunos de los elementos que a todas luces debemos evitar.
Para algunos las cartas para la primera vuelta ya están echadas, y tendremos que enfrentar nuevamente una situación que pone en riesgo la estabilidad del país y, sobre todo, la posibilidad de progresar en términos de reconciliación, esto es tener que votar entre la izquierda y la derecha. Ahora, nada está definido hasta el domingo, donde podremos llevarnos buenas sorpresas o, por el contrario, darnos cuenta de que aún estamos lejos de dimensionar los retos y desafíos que enfrenta el país y el tipo de liderazgo e ideas que necesitamos con urgencia.
Para quienes pueden votar en esta jornada electoral es un imperativo moral hacerlo, especialmente los jóvenes, quienes al final del día hemos utilizado todo tipo de escenarios para manifestar nuestra visión sobre el presente y el futuro de Colombia, pero aún seguimos sin hacerlo a través de la principal herramienta que nos brinda la democracia: el voto.
@tatidangond







