La inflación anual se mantuvo en 7,18% en junio, aunque a primera vista pueda parecer alta, es importante entender lo que hay detrás de estos números y qué podemos esperar en los próximos meses.
En junio, la inflación mensual fue de 0,32%, este pequeño cambio no significa que la tendencia de la inflación haya cambiado; de hecho, se espera que la inflación empiece a bajar nuevamente pronto.
La inflación se comporta así porque hay dos fuerzas opuestas en juego: la inflación de alimentos y sin alimentos. La inflación de alimentos ha estado subiendo debido principalmente a productos como la cebolla, papas y tomate de árbol, y a productos procesados como chocolates y gaseosas. Una vez que los efectos de comparación con el año pasado se moderen y el clima mejore, se espera que la inflación de alimentos vuelva a niveles más normales.
Por otro lado, la inflación sin alimentos está bajando, aunque más lentamente. En esta categoría se incluyen bienes regulados, como electricidad y agua, y servicios, arriendos y comidas en restaurantes. La electricidad ha subido más de lo habitual debido al fenómeno de El Niño, que ha obligado a usar fuentes de energía más caras. A pesar de esto, los bienes regulados y otros productos han ayudado a mantener la inflación más controlada.
La inflación de los bienes, como ropa y electrodomésticos, también ha bajado, alcanzando su nivel más bajo desde el 2021, explicado por una menor demanda y a comparaciones con cifras altas del pasado. La inflación de servicios, aunque también ha disminuido, lo ha hecho de manera más lenta y se mantiene en 7,9%, debido principalmente a los arriendos y las comidas fuera de casa.
Mirando hacia el futuro, se espera que la inflación de alimentos empiece a bajar a partir de agosto, ayudada por efectos de comparación favorables respecto al año base de comparación, 2023. La inflación sin alimentos también debería seguir bajando, a pesar de la incertidumbre debido a posibles incrementos en el diésel.
En resumen, aunque la inflación ha estado estable últimamente, las perspectivas para el final del año son positivas. Se espera que la inflación total se ubique entre 5,3%-5,7%, lo que sería una reducción significativa y un alivio para la economía. Es crucial seguir observando estos indicadores y ajustar las políticas económicas según sea necesario para asegurar una recuperación equilibrada y sostenida.