El concepto de competitividad puede parecer denso y complejo, pero es fundamental para el desarrollo de cualquier región. El Consejo Privado lo desglosa en cuatro componentes: condiciones habilitantes, capital humano, eficiencia de los mercados y ecosistema innovador, cada uno con sus propios pilares y variables. Recientemente se publicó el índice de competitividad para 2024, mostrando avances en 32 de los 33 departamentos evaluados desde 2019. Pero, ¿dónde se ubica el Atlántico en este panorama?

El Atlántico ha logrado puntajes superiores al promedio nacional en todos los pilares del Índice de Competitividad Departamental (IDC). En salud, destaca en controles prenatales, expectativa de vida al nacer y mortalidad infantil, aunque enfrenta retos en la disponibilidad de médicos especializados, con solo 3,5 por cada 10 mil habitantes, en comparación con más de 7 en Bogotá.

En el ámbito institucional, el Atlántico muestra un buen desempeño en autonomía fiscal, transparencia en el uso de regalías y una baja tasa de secuestro. En infraestructura, destaca en cobertura de servicios de acueducto, energía y estado de las vías primarias. En sostenibilidad ambiental, la baja deforestación de bosques es un punto fuerte.

En términos de entorno para los negocios, el departamento sobresale en la concentración del sector secundario y terciario, y tiene un significativo alcance en comercio exterior, aunque disminuyó su calificación respecto al año anterior. En sofisticación y diversificación, se destaca por su canasta exportadora diversa, a pesar de una ligera baja en comparación con el año pasado.

A pesar de estos logros, el informe de competitividad también resalta áreas de mejora. La capacidad de recaudo local, especialmente del ente departamental, necesita fortalecerse. En infraestructura, se requiere una red vial primaria más amplia y una mayor capacidad de movilización aérea. En sostenibilidad ambiental, el porcentaje de áreas protegidas y la proporción de negocios verdes son aspectos a mejorar.

La educación superior también presenta desafíos, especialmente en el porcentaje de docentes universitarios con doctorado. Los trámites administrativos, un factor crucial para el entorno empresarial, requieren simplificación y digitalización. En innovación, las inversiones en ciencia, tecnología e innovación, así como en diseños industriales, necesitan incrementarse para estar a la par con otros departamentos.

En conclusión, el Atlántico muestra un panorama prometedor en competitividad, pero aún enfrenta importantes retos. Es esencial que las autoridades y la sociedad trabajen conjuntamente para mejorar en estos aspectos y asegurar un desarrollo sostenible y equitativo para todos los habitantes del departamento.

*Directora ejecutiva Corporación Lonja de Propiedad Raíz de Barranquilla