Sabemos poco sobre la llegada de un grupo de migrantes afganos a nuestro territorio, lo cual plantearía el inicio de la segunda horda migratoria más importante en la última década, luego de la venezolana que hasta la fecha referencia más de 1,7 millones de nativos del vecino país presentes en el territorio colombiano.

Lo anterior nos obliga a reflexionar sobre los beneficios de los flujos migratorios mixtos. En una reciente reunión realizada en la ciudad, por invitación de la Fundación Santo Domingo, la Alcaldía Distrital y otras entidades, compartimos sobre los retos y soluciones para hacer de Barranquilla un territorio inclusivo.

Lo primero que nos convoca es el entendimiento de la historia de la ciudad, levantada en parte por familias extranjeras provenientes del viejo mundo que luego de las guerras mundiales asentaron colonias de alemanes, italianos, franceses, británicos, estadounidenses, judíos, palestinos, sirios, libaneses, chinos, entre otros, razón por la cual no es raro escuchar los apellidos: Flesch, Mancini, Rumié, Tarud, Sales, Loewy, Daes, Lafaurie, Mebarak, Pezzano, y muchos más.

Tal reconocimiento es enriquecedor para acoger con ánimos nuevas olas migratorias, incluso en el estudio de la llegada masiva de venezolanos a la ciudad se destacan ciertas consideraciones para entender su efecto en el campo económico.

En primer lugar, porque los migrantes son ante todo consumidores, principalmente de alimentos, pero también de vestuario, servicios públicos y hospedaje, por lo cual sus compras demandarán a las empresas producir más e irrigarán recursos al ciclo económico.

Los migrantes también son ahorradores, algunos con mayores proporciones que otros, lo que a su vez se reflejará en una inyección de recursos en el sistema financiero e impulsará la inversión.

Así mismo son trabajadores, incluso las cifras del mercado laboral, reflejan su propensión al trabajo, manteniendo tasas globales de participación superiores a la de los colombianos y menor tasa de inactividad, es decir, que si no están empleados están en la búsqueda de uno.

Una parte de los migrantes llegaron a estudiar, esto incrementará el capital humano disponible y reviven un bono demográfico para un país donde la pirámide poblacional había empezado a ensancharse en las categorías más avanzadas de edad.

Finalmente, se deben entender como contribuyentes, dado que producto de sus actividades de consumo y trabajo, principalmente por la primera, los convierte en sujetos tributarios y para el consumo de tales bienes y servicios deben al menos cancelar el IVA.

Incluso estudios han reforzado la idea que en el corto plazo si bien ejercen una presión en el gasto público, en especial en salud y educación, esta se recupera con las contribuciones en el mediano y largo plazo a través de sus impuestos y aportes sociales, a las cuales se le suma la cooperación internacional que puedan arribar al país para su atención.

Estar preparados para atenderlos, dispuestos para incorporarlos y abiertos al intercambio cultural podrían facilitar la potencialización de los efectos de su llegada con estables resultados para el futuro.

turo.

* Directora ejecutiva
Lonja de Propiedad Raíz de Barranquilla