Y con firmeza puedo asegurar que no es posible que todos los territorios nos estemos rigiendo por unas directrices unificadas dadas desde Bogotá. En Barranquilla, en el Atlántico, se muere la gente, incluyendo los jóvenes, y seguimos esperando que desde la capital hagan alguna modificación, como si estuviéramos en la época de los virreinatos. Esto es ilógico.

Desde algunos medios de comunicación bogotanos no han hecho sino criticar a quienes han ido a vacunarse a Estados Unidos, de paso, esparciendo ´fake news ´que no tienen ningún asidero, porque a nadie que haya estudiado un semestre de política exterior se le ocurre que van a denegar visas de forma reaccionaria desde un país que tiene unas leyes migratorias tan claras. Pero bueno, ese no es el caso. La cuestión es que, por supuesto quien puede y tiene los recursos, viaja en busca de las dos dosis que le garantizan nada más y nada menos que: vivir. O es que no ven ustedes también la lentitud y el letargo con el que se está desarrollando el plan de vacunación estructurado desde algún escritorio en Bogotá.

Los alcaldes y gobernadores necesitan de manera urgente autonomía para desarrollar y aplicar sus propios planes de vacunación, en sinergia con el Gobierno Nacional, pero que vayan de acuerdo con las necesidades de cada población. La semana pasada en Barranquilla se veían puestos de los mayores de 65 vacíos, mientras que las personas entre el rango de 50 a 60 están muriéndose o rogando por la oportunidad de ser vacunados.

El virus muta, pero también el contexto. La coyuntura en que el Ministro de Salud planteó su plan ya no es, en esta tercera ola nos hemos visto, desvestidos, desprevenidos y aun pesimamente preparados para enfrentar la covid. Y la vacunación que parece ser la única salida comprobada, está regida por un documento que no se entiende lógico desde la periferia. Las regiones estamos hartas y ya no sabemos ni cómo decirlo. Mientras tanto el Ministro Carrasquilla no sabe ni cuánto valen los huevos a los que les puso IVA.

De la Reforma Tributaria ni hablemos. Sigamos con las vacunas. ¿De verdad el Ministro Fernando Ruiz cree que sus soluciones son aplicables homogéneamente en todo el territorio? De seguro, él mismo que debe ser un hombre brillante, sabrá que no. En Barranquilla la administración distrital ha demostrado tener la capacidad instalada suficiente para llevar un proceso con mayor celeridad y agilidad. En especial teniendo en cuenta que esta tercera ola nos ha afectado dramáticamente. Su propia realidad vivirán en Medellín, en Cali, en Manizales…

Los alcaldes y gobernadores de Colombia sin importar el color político “se han puesto la 10”, pero están maniatados esperando a que, desde Bogotá, un presidente Duque, que está más ensimismado en él que nunca, tome alguna decisión que les permita actuar. Desde las regiones necesitamos levantar la voz y hacerles saber que estamos inconformes y molestos; que nuestros territorios necesitan mayor autonomía si queremos acelerar la salida de esta estruendosa crisis sanitaria.

@kathydatos