En Colombia nos encanta afirmar que somos un país sin memoria. Nos lamentamos como si estuviéramos condenados a un destino fatal en el que repetimos la historia con verdugos que tienen el mismo apellido. ¡Cómo si no tuviésemos el poder de decidir lo contrario! Sin embargo, el quejarnos de los mismos personajes y no actuar en contra de ellos castigándolos electoralmente, parece ser un mal del vecindario latinoamericano.
Este fin de semana que pasó fueron las elecciones en Ecuador y en Perú. En la tierra que alguna vez fue una marea “correista” ganó el opositor de Mashi Rafael, dejando a la izquierda pura y dura, devastada, ya que el nuevo presidente, Guillermo Lasso, es un neoliberal, ex banquero, y poco amigo de los postulados socialistas. Y por otro lado, en Perú, se irán a una segunda vuelta, o al menos es lo que parece indicar el conteo de votos hasta el momento en que fue redactada esta columna.
Con un pie en la segunda ronda de los peruanos está el líder sindical Pedro Castillo, un hombre nuevo en la política, al menos en la de la primera fila, y muy cercano a la extrema izquierda. Pero a pesar de su pseudo triunfo, o parcial victoria, va a tener poco por celebrar. Ya que el segundo, tercer y cuarto puesto, lo obtienen candidatos de derecha. Que, sumados sus caudales, llegan a triplicar el del outsider ganador. ¿Se unirán?; ¿o sus divisiones irreconciliables le allanarán el camino al virtual triunfador de esta primera vuelta? Hoy nadie lo sabe.
El segundo, tercer y cuarto puesto, además tienen escasos márgenes de diferencia. Los tres se encuentran obteniendo entre el 12% y 14% de los votos escrutados. Por lo que juntos son una fuerza contundente, y teniendo en cuenta que coinciden ideológicamente en varios aspectos, esto puede llegar a ser posible. No obstante, la política está llena de egos y vanidades, y cómo no, también de principios, y no necesariamente estos tres candidatos, querrán unirse. Por eso habrá que esperar, si el economista liberal Hernando Soto, el ultra conservador extremo Rafael López y la populista Keiko Fujimori toman la decisión de fusionarse para la segunda vuelta y así derrotar al maestro Pedro Castillo.
Así como lo leen, Keiko Fujimori, tiene en sus manos un caudal suficiente como para inclinar la balanza hacia uno u otro lado, se prevee podría ser con Hernando Soto, ya que es con quien mayores coincidencias tiene, siendo ella derechista, pero habrá que ver si el respetado economista la acepta entre sus filas. Es una decisión muy difícil de tomar, los Fujimori, viven entre el amor y el odio de los peruanos, siempre asociados a la corrupción de la más baja calaña, pero aun con peso electoral.
Y ojo, como este texto se escribe antes que los conteos terminen, cabe incluso la inexplicable posibilidad de que sea la misma Keiko quien quede de segunda encabezando la derecha peruana. Mejor dicho, ni una serie de Netflix da para tanto… ¿Cómo la hija de un hombre que le hizo tanto daño a Perú puede con sus banderas familiares seguir siendo tan votada? La verdad no tengo la respuesta, habría que reflexionar mucho, y 3.100 caracteres con espacios que me permite el periódico, no me dan para tanto.
@KathyDatos