¡Qué sabroso amanecer!
Por ello, la llegada de este diciembre constituye una excelente oportunidad para compartir con la familia, celebrando con mesura y recordando con cariño a quienes partieron definitivamente por este motivo. A causa de esto, es imprescindible completar los esquemas de vacunación contra el virus, al igual que guardar las medidas de bioseguridad.
La hermosa costumbre de encender las velitas en la madrugada del 8 de diciembre en honor a la Virgen de la Inmaculada Concepción, alegremente musicalizada e inmortalizada con la canción ‘Las cuatro fiestas’, del compositor Adolfo Echeverría, marca el comienzo de las festividades navideñas y de fin de año que, en el caso de Barranquilla, nos conectan como canales virtuosos de alegría y fiesta con nuestro querido Carnaval.
Ese “sabroso amanecer” en que escépticos y creyentes encendemos en familia un sendero de velas de todas las formas, tamaños y colores cubiertas con los tradicionales farolitos, en las terrazas, balcones o ventanas de nuestras casas, al son de la música festiva, forma parte de la esencia cultural de los colombianos y, muy especialmente, de los habitantes de la región Caribe, que se preparan con antelación para vivir a plenitud y con mucha alegría dicha festividad religiosa. Tan solo para esta fecha se producen en Colombia unas 6000 toneladas de velas, para un total de 150 millones de unidades, según un informe del diario La República.
Me es grato recordar mi niñez cuando, con mi hermano Ignacio y amigos, recorríamos el camino de la procesión para recoger cera y hacer pelotas para nuestros juegos.
Esta conmemoración se relaciona con el dogma católico declarado el 8 de diciembre de 1854 en la bula o carta pontificia Ineffabilis Deus, del Papa Pío IX, que contempla que la Virgen María estuvo libre del pecado original desde su concepción, por los méritos conferidos por ser madre de Jesucristo. Con el paso del tiempo, la conmemoración se ha convertido en un momento de integración ad portas del cierre de un año de mucha actividad.
El 2021 es la segunda anualidad que el mundo vivirá las festividades navideñas en medio de la pandemia de la covid-19, cuya mortalidad ya supera las 5.200.000 víctimas, con los riesgos que representa la nueva variante Ómicron que se disemina desde hace varias semanas por distintos países. Por ello, la llegada de este diciembre constituye una excelente oportunidad para compartir con la familia, celebrando con mesura y recordando con cariño a quienes partieron definitivamente por este motivo. A causa de esto, es imprescindible completar los esquemas de vacunación contra el virus, al igual que guardar las medidas de bioseguridad recomendadas para estos encuentros, evitando la exposición innecesaria de las personas más vulnerables bien sea por la edad o las comorbilidades y aprovechar las herramientas que ofrece la virtualidad para mantenerlos conectados a las reuniones.
La pólvora no debe ser una opción para la distracción de los menores por las consabidas consecuencias de su uso en manos inexpertas, así como es recomendable mantener la prudencia en el consumo de bebidas alcohólicas y gozar plenamente de nuestras ricuras gastronómicas navideñas.
Pongamos las velas, vamos a la procesión, gocemos en familia, bailemos las cuatro fiestas y compartamos al tenor del amor y la amistad, con familiares, vecinos y amigos. ¡Felices fiestas de velitas para todos!
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