Cada cierto tiempo aparecen intelectuales cuyas ideas pueden influenciar en el mundo, como hoy está ocurriendo con la economista ítalo-americana Mariana Mazzucato, que está siendo leída y escuchada por gobernantes de América Latina.

Como tengo bastante edad, recuerdo que en los años 60 la creencia generalizada en la región era la importancia del Estado, y se veía al sector empresarial como explotadores que solo perseguían el lucro a costa del trabajo de la clase obrera.

Como el mundo cambió con las ideas neoliberales, los empresarios empezaron a ser percibidos como los salvadores que, gracias a sus capacidades, generaban millones de empleos, y mediante tributación contribuían al mejoramiento de la calidad de vida de los más vulnerables; es decir, pasamos de la idea marxista de acabar con el patrón explotador a buscar un patrón salvador que nos dé un empleo. El Estado a su vez quedó en el imaginario como una máquina burocrática llena de corrupción y malas prácticas.

Mazzucato nos da una nueva perspectiva. Según ella, la aventura más arriesgada, peligrosa y grandiosa en que se ha embarcado la humanidad fue llevar el hombre a la Luna y traerlo de regreso sano y salvo.

Este fue un esfuerzo del Gobierno y muchas empresas privadas, grandes, medianas y pequeñas, que trabajando en conjunto no solo lograron derrotar psicológicamente a la Unión Soviética, sino que generaron una gran cantidad de innovaciones que, entre otras, dieron origen al software y la construcción de grandes aviones, como el Boeing 747.

La idea central de Mazzucato es acabar este enfrentamiento empresas-Estado y conseguir que los sectores públicos y privados colaboren de verdad en soluciones a largo plazo, como lo hizo la Misión Apolo.

Acabar este enfrentamiento implica grandes transiciones, entre ellos cambiar el sector público a fin de estimular la innovación social y tecnológica para resolver problemas como la inseguridad, el acceso a la tecnología digital, el calentamiento global y los desafíos sanitarios, al mismo tiempo que la empresa privada deje de trabajar solo en función de los beneficios de los propietarios de las acciones, para que mediante gobernanzas cooperativas contemplen a los trabajadores y a la comunidad.

La propuesta general de Mazzucato es “repensar el capitalismo”, lo que implica cambiar cómo se organiza el Gobierno, cómo se dirige una empresa, y una nueva forma de relación entre las empresas públicas y las privadas. A esta manera diferente de hacer las cosas, ella la denomina “Enfoque orientado por misiones”.

A partir de las ideas de Mazzucato, podríamos decir que las propuestas expresadas por el presidente Gustavo Petro de transformar la matriz energética del país, para abandonar los hidrocarburos produciendo energías limpias, puede ser un gran propósito en que, mediante la unión del Gobierno y la empresa privada, puedan desplegar toda su inteligencia y capacidades en lograr transformar a Colombia en un país líder en energías alternativas, lo que además generaría muchas innovaciones con miles de nuevos empleos.

Pero la idea de cambiar la matriz energética no puede pensarse que se logra en un instante. El país podría seguir explotando sus reservas de petróleo, y a su vez embarcarse en la misión de energías limpias. No se puede ensillar la bestia cuando todavía no ha nacido.