El fútbol es una idea que se juega con los pies, dijo en su momento Milan Kundera. Esos pies encantados que hacen girar y viajar la esférica para el goce de la multitud. Izquierdos, como el de Víctor Ephanor, para hacerla sumisa y regalar malabares con ella. Como el de 'la Bruja' Verón para dirigirla sabiamente.
Derechos, como el del ‘Pibe’ Valderrama, delicado y sensible para hacerla itinerante de pie a pie hasta el gol. Como el de Víctor Pacheco, irreverente, trasgresor, indescifrable para conducirla entre rivales con la prohibición de que estos la toquen. Como el de Valenciano, potente y devastador para llevarla a la red y propiciar la emoción del gol.
Pies, como los de estos y muchísimos otros grandes futbolistas que lucieron y defendieron con talento, pasión y profesionalismo la camiseta del Junior, dejarán sus huellas imperecederas en el monumento de la 'Aleta del Tiburón' que se inaugura esta noche.
La idea de Christian Daes y la Fundación Tecnoglass legará a la iconografía de Barranquilla este tributo al Junior y a los que escribieron su historia.
Desde que mamá Micaela lo dio a luz hasta nuestros días. Huellas, que esperamos no solo sean figuras inertes, sino vivos símbolos dispuestos a permanecer por siempre en la memoria y el corazón de la hinchada rojiblanca. ¡Felicitaciones!