Relata emocionado el ex árbitro Pierluigi Colina que en aquella dramática final de la Champions entre el Manchester United y el Bayern de Munich (1998-1999), después del segundo gol de los ingleses prácticamente en la última jugada del partido que los hacía ganadores (2-1), los futbolistas del equipo alemán cayeron exánimes, derrotados, algunos llorando, sin esperanza.

“Me acerqué a uno de ellos (Samuel Kuffour) y no encontré otra cosa que decirle: levántate, lucha, te quedan 20 segundos más”. La invitación a no rendirse le vendría bien al Junior después de su eliminación de la copa Libertadores.

Y no rendirse en términos futbolísticos es mejorar el nivel de las contrataciones para un evento con una exigencia mayor al torneo local; es darle continuidad a un cuerpo técnico y que este sea capaz de darle regularidad al funcionamiento y un ritmo y un nivel físico similares a los que se exponen en este torneo continental.

Es, también, elevar el nivel de exigencia y compromiso de los futbolistas por parte de dirigentes y técnicos; es tener vistos o ya conversados dos o tres muy buenos jugadores para la próxima temporada y no empezar a buscarlos en enero.

Es no conformarse con regularse durante la Liga, aunque luego se consiga un título, porque así -jugando casi todo el torneo con mentalidad de octavo- no se instala el chip de la regularidad y el espíritu ganador.

Para el ahora, deberían tomar una decisión convencidos y no condicionarla al resultado de los próximos dos o tres partidos.

¿Creen o no creen que Arturo Reyes es el que debe seguir conduciendo el equipo?