Este domingo, sin dudas, un día especial en la historia del fútbol colombiano. Por primera vez, una Selección del país disputará una final en un campeonato mundial Fifa.
La Selección femenina sub 17 enfrentará a la selección de España por el título de la categoría. Un hecho que se convierte en una suerte de recompensa al esfuerzo y valentía de todas aquellas personas que trabajaron y trabajan por el posicionamiento del fútbol femenino.
Por el reconocimiento y la no exclusión de la mujer en un deporte- el más popular del mundo- gobernado por los hombres.
Sin el apoyo, aún, de una gran infraestructura y una competencia interna con más continuidad y mejor organizada las selecciones femeninas de Colombia han logrado muy buenas participaciones internacionales.
Esta ha demostrado un gran espíritu solidario, una entrega innegociable y un gran talante competitivo. (He comentado para Blu Radio todos los partidos)
En lo estrictamente futbolístico, en lo concerniente a su táctica funcional, se apoyó, básicamente, en un muy coordinado sistema defensivo, generalmente replegado y con el compromiso de todas, incluidas las que ocupan posiciones ofensivas.
El desenfado y la sorprendente serenidad de Agudelo, la arquera, la más joven de todas, ha sido fundamental.
La zona central en esa retaguardia tiene en la estatura y liderazgo de Perlaza y Álvarez (los dos primeros partidos fue mediocampista con gran desempeño) garantía de seguridad y carácter.
El mediocampo ha tenido ida y vuelta, sacrificio y orden defensivo. Casi siempre son dos en la primera línea y en los segundos tiempos se ha sumado una más y se organiza entonces con dos interiores y una detrás de estas. Ortegón comanda esa zona, quien además tiene apariciones cerca al área rival.
En ataque su fortaleza no ha sido necesariamente una continua y avasallante posesión del balón, una sinfónica elaboración colectiva, pero sí la capacidad técnica y la calidad superior para la conducción, el desequilibrio y la definición de Linda Caicedo; la visión y sensibilidad en el pase de Rodríguez; la permanente búsqueda de Muñoz.
Las tres son capaces de gestionar los ataques desde cualquier posición, unas veces como extremos, otras más adelantadas y por el centro y algunas también partiendo unos metros más atrás.
España, el otro finalista, tiene una llamativa técnica colectiva, un juego muy elaborado, que domina la posesión de la pelota y domina territorialmente. A mi juicio, fue la única selección que, en todo el campeonato, superó a Colombia en el juego, la única que se vio superior en el trámite aquel primer partido en la fase de grupos. Por supuesto que son momentos diferentes. Los espíritus son distintos. La motivación no es tres puntos de un partido, es la gloria de un título mundial. Por ahora ya el 30 de octubre es una fecha que estará inscrita en el libro del fútbol colombiano. Las jugadoras, el cuerpo técnico, y todo el país futbolero se ilusionan y lucharán para que sea porque fue la primera vez que una Selección Colombia se coronó Campeón Mundial.