En estos días ha sido presentado al público uno de los mejores libros que, a mi juicio, se ha editado alrededor de un equipo del fútbol profesional colombiano. Hermoso en su diseño y profesional en su contenido. Con la estética que invita al primer golpe de vista y la calidad periodística que convence al conocimiento.

Los protagonistas del libro son los futbolistas. Los más recordados y talentosos jugadores que lucieron y defendieron la camiseta del Junior.

Sí, el libro es sobre el Junior, sobre sus futbolistas. Se intitula ‘Junior inédito’, y su autor, Gabriel Jesurum, nos presenta un maravilloso recorrido por la historia del equipo barranquillero personificada en sus futbolistas.

Desde Roberto Meléndez y ‘Memuerde’ García, hasta Teófilo Gutiérrez y Carlos Bacca, pasando por los ídolos eternos, Dida, Verón, Valderrama, Pacheco y muchos más. Cada uno de esos inolvidables y emblemáticos jugadores fueron descritos por 60 periodistas y escritores con una enorme calidad literaria y una inocultable emoción provocada por la admiración que ellos despertaron.

En las primeras páginas aparece, nada más y nada menos, una crónica sobre el Junior del mismísimo Nobel Gabriel García Márquez. Y en las más de 300 páginas que contiene el libro, se encuentran las más lúcidas letras sobre los grandes futbolistas de la historia juniorista, acompañadas de nítidas imágenes de estos.

Gabriel, el ideador de este ambicioso proyecto, tuvo la gentileza de invitarme a plasmar la semblanza de Víctor Ephanor. De inmediato, me generó una doble responsabilidad: de una parte, hacer mi mejor esfuerzo para que, en medio de tantos especialistas de la palabra escrita, aventajados maestros de la redacción, encontrar la mejor prosa para acercarme a ellos. No ser inferior a mi condición de ‘representante’ de los exfutbolistas en un libro sobre futbolistas.

Y, de otra, lograr que la idolatría infantil por el personaje, no nublara mi opinión futbolística. Un esfuerzo intelectual que, me parece, sucumbió a la emoción de los recuerdos.

“A los pocos días debutó, puso el balón al servicio de su pierna izquierda, gambeteó a todo el que se le atravesó y anotó un gol. Inmediatamente se convirtió en ídolo”.

“Una vez finalizada la faena vespertina de gambetas y goles, su salida del estadio se convertía en un deseado y multitudinario ritual: centenares de hinchas junioristas le hacían -bueno, le hacíamos- un pasillo por donde él, casi siempre héroe de la tarde, caminaba con una camiseta que amarraba a la cabeza, una bermuda de jean y unas chancletas, mientras recibía el expresivo cariño de la gente con una mezcla de agradecimiento y pudor”.

Estas son algunas de las primeras letras que desparramé sobre el crack brasileño que nos deleitó con su espectacular estilo al inicio de la década de los 70. Inolvidable fue su fútbol. Inolvidable es el título que le dieron a su capítulo en el libro. Un libro que no debería faltar en la biblioteca de todo aquel que se considere un verdadero hincha del Junior. Felicitaciones, Gabriel.