Leo en un diario español una columna que lleva por título ‘El ‘tiki taka’ está anticuado’. Se refiere el autor del artículo al que en su momento fue considerado el mejor estilo para jugar al fútbol ejecutado por el Barcelona de Guardiola, Messi y compañía y, a su juicio, la degradación que ha ido sufriendo en los últimos años, tras las vergonzosas derrotas en la ‘Champions’.

Opina que el juego del Barcelona “sigue anclado en preceptos que han quedado anticuados”. Más adelante sugiere que debe incorporar otros elementos como la agresividad, la presión y el físico. No termina ahí el buen análisis que hace el autor sobre la involución del estilo Barsa, pero no es mi objetivo transcribirlo todo, sino apoyarme en esas reflexiones para, de alguna manera, extrapolarlo al fútbol de entrecasa.

Pero antes debo decir que el toque y el principio de asociación nunca —repito, nunca— estará caduco. Es consustancial con el juego del fútbol, es lo que demuestra la naturaleza colectiva de este juego. Lo imprescindible es hacerlo coexistir armoniosa y eficazmente con otros principios de juego como la amplitud con desborde, la penetración, el cambio de ritmo, la definición entre otros. Pero aun con eso no basta, además, hay que darle al toque la agilidad y el criterio necesarios para conseguir desarticular esquemas defensivos que hoy tienen una mayor disciplina y una participación más agresiva y solidaria de todos los jugadores rivales. Saber en dónde y cuándo hacerlo con más seguridad o con mayor riesgo. Al pie o al espacio. Hacia un lado o hacia el otro. Corto o largo. Es decir, siempre el toque como actor principal, pero dirigido por la inteligencia.

Y luego, para acercarse más a ser considerado de alta competencia, un equipo debe ser agresivo con y sin balón, tener la presión como un actor importante en su repertorio, también la velocidad de ejecución, una marcha más en su ritmo, y, sobre todo, una excelente técnica para poder salir airoso de la intensidad y acoso que la mayoría de equipos hoy por hoy imponen.

El Junior, que en mi opinión en Colombia es el equipo con mejor técnica colectiva y aprecio por el toqueteo, tiene dificultades para incorporar con más convicción y continuidad estos otros atributos. Le falta ritmo, o mejor, cambios de ritmo con y sin balón. Un mayor vigor en sus movimientos y un tono más firme a su idea de posesión.

El articulista (Pichi Alonso) al final le pone de ejemplo al Barcelona, la remodelación que está intentando el PSG: compaginar el talento puro con el componente físico y agresivo. Vamos a ver si el Junior de Amaranto Perea acepta la sugerencia y se anima a intentar mezclar el talento de sus jugadores con esos otros aspectos.