Algo va de la tabla de posiciones a lo que es, realmente, el Junior de Barranquilla hoy. Ganar cuatro de cinco partidos es muy bueno. Haber visto los juegos y el accionar del equipo, no tanto. Junior ganó 1-0 al Medellín que trajo un equipo alterno, 2-1 al Caldas un equipo joven con el que comenzó perdiendo, 2-1 al América, con tres de sus jugadores estelares suspendidos, con un golazo de tiro libre de Viera sobre el final y 2-0 a Alianza un equipo pequeño en construcción. En los cuatro hubo padecimiento. También perdió 1-0 con Equidad haciendo otro deslucido partido con sabor a nada en el que el DT Amaranto señaló a la cancha de Zipaquirá como responsable.

Es apenas obvio pensar que mucho va de Comesaña a Amaranto. Una cosa es encargarse de un equipo sobre la marcha como el año pasado y otra ser técnico en propiedad al comienzo de la campaña en el que debes contratar jugadores y construir equipo.

Una nómina, en sí, es un grupo de jugadores. Un equipo, en sí, es la conjunción de esos jugadores alrededor del desarrollo de una idea. El team work que llaman los gringos.

El tema es que nómina tenemos, pero idea no. Y desarrollo tampoco, porque no sabe cuál es la idea.

Con Comesaña, Junior tenía una idea y un accionar definido a más de la credibilidad del técnico en los jugadores.

Este Junior de Amaranto intenta jugar 1-4-4-2. El tema es que todo se hace por las bandas y nunca por el centro. Es un equipo totalmente previsible. La fortaleza de los Junior de antaño, un volante ofensivo o ‘10’, como le quieran llamar, hoy no existe. Los buenos jugadores que generan fútbol siempre existirán por encima del número que lleven en la camiseta y, a pesar que el sindicato contra el ‘10’ lo quiere bautizar como anticuado y en desuso, siempre habrá quien, con lujo, haga ese trabajo. O mejor, un volante central en ataque que genere fútbol.

En el juego vs Alianza, Junior se mostró tal cual es, hoy día. Un equipo que juega por las bandas, corriendo, a veces desbocado, sin cambios de ritmo, sin una idea concreta. Es correr y mandar al ‘ollazo’. Predecible por lo repetitivo.

Tengo el convencimiento que Junior es un equipo individualizado. Cada quien pone su gesta individual tratando de unirla con la gesta individual del otro. Sin estrategia colectiva.

Hasta ahora, a pesar de los triunfos, no hay una idea, no hay un ritmo, no hay una cadencia. Tenemos nómina, el equipo aún no lo vemos…