¡Rescatemos a Rebolo!
Barrio Abajo acaba de ser declarado como Bien de Interés Cultural. Pienso que Rebolo, por todos sus pergaminos, merece también ese galardón.
El brillante sol de la mañana del domingo 27 de junio lo terminamos enfriando con unas cervezas en el estadero Richy Salsa, al frente del puesto de salud conocido como ‘La gota de leche’, luego de una sudorosa caminata de dos horas. Fue la última escala tras una charla donde los GuellFlórez sobre la danza del congo.
Muy temprano, a las 9 y 30 para ser domingo, el encuentro fue en el Centro Social Don Bosco. Antes del recorrido por algunos sitios icónicos del barrio, el coreógrafo Pedro Díaz expresó unas palabras y presentó a un grupo de bailarinas adolescentes. Cuando partíamos, nos fotografiamos en la estatua del padre Stanley Matutis, el fundador de la obra y emblemático teólogo de la iglesia San Roque.
Vi un notable deterioro en varias casas, pero me asombraron otras por su conservación e impecables fachadas.
Conocí la vivienda donde transcurrió parte de la vida del gran Nelson Pinedo y para mí fue como un descubrimiento arqueológico. Marcada 28-29, hoy es una acogedora casa albiceleste, aunque enrejada por causa de la inseguridad. La calle 26 (o Santa Isabel), donde está ubicada, no tiene pavimento. En el piso de la entrada, el también cantante Evert Rhenals nos habló de la vida y las melodías de uno de los vocalistas legendarios de la Sonora Matancera. “Hijo de un zapatero y una ama de casa, el ‘Pollo barranquillero’ es el mayor orgullo de Rebolo”, dice.
‘La Casita de Paja’, que ya no es de paja, me trae recuerdos porque la asocio con amigos como Alfonso Jacquin, que se fue hace 36 años en el Palacio de Justicia. No puedo dejar de mencionar ‘La esquina del sabor’. Allí, Pedro Díaz, que ha ganado un extenso reconocimiento en la preparación de reinas del carnaval y del concurso nacional de belleza y en coreografías de bandos y coronaciones, reúne a pelaos que han superado sus animosidades y mejorado sus conductas en esos espacios de diálogo y fraternidad.
Destaco, por supuesto, a los promotores de la iniciativa de rescatar a Rebolo y su historia. Diego Saavedra, quien vivió en el barrio hasta los 23 años, su esposa Johanna Ropero, su hermano Yoelmis Saavedra, Johnny Insignares de Todomono, el colectivo ‘Juventud Rebolo’ y reboleros de tiempo completo como Pedro Díaz, Eneida Viaña, Linda Ramírez y Ubaldo Medina han puesto en marcha una campaña publicitaria que ha encontrado acústicos respaldos en redes sociales, en los medios de comunicación y, lo que es muy importante, en los mismos reboleros.
Diego cuenta que un día conversando con su hermano se les ocurrió hacer algo para contener la estigmatización del barrio. “Y constituimos una sociedad para trabajar por ese objetivo, retomando la frase “Rebolo de lejos asusta y de cerca enamora”, del líder cívico Adalberto Utria”.
Barrio Abajo acaba de ser declarado por el alcalde Jaime Pumarejo como Bien de Interés Cultural. Pienso que Rebolo, por todos sus pergaminos, merece también ese galardón.
@HoracioBrieva
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