A raíz de las encuestas de la Alianza Verde que muestran que el 67% de sus integrantes desearía la unidad entre la Coalición de la Esperanza y el Pacto Histórico, Gustavo Petro escribió en Twitter: “Una derrota de las fuerzas progresistas en el 2022, como sucedió en 1946, solo traerá el fascismo con consecuencias desastrosas. En 1946 la mayoría del pueblo era liberal y quería la “revolución en marcha” pero se dividieron sus líderes más prominentes: Gaitán y Gabriel Turbay. Con la división triunfó el fascismo y el país vivió la peor de las violencias con 300.000 muertos. Un genocidio y un desastre”.

Petro, la violencia de mediados del siglo XX fue la continuidad de las guerras bipartidistas del siglo XIX. Liberales y conservadores venían dándose plomo mucho antes de que llegara al mundo Benito Mussolini, el fundador del fascismo, aunque sí es cierto que el líder italiano influyó en su momento en el conservatismo colombiano.

Por ejemplo, cuando estalló la ‘Guerra de los Mil Días’, (1899 -1902), Mussolini era un mozalbete de 16 años. Iba al colegio seguramente. Nació el 29 de julio de 1883. En dicha guerra perdimos “ochenta mil hombres en los campos de batalla sin contar los fusilados por ambos bandos”, cuenta Alfredo Vásquez Carrizosa en su libro ‘El poder presidencial en Colombia’.

De modo, Petro, que las violencias bipartidistas que vivió Colombia nacieron antes de que el fascismo existiera como doctrina política, y sus raíces fueron la intolerancia y el sectarismo. La violencia de 1948 a 1958 fue la prolongación de esa vieja pugnacidad liberal-conservadora y cesó con el Frente Nacional.

Y en mi opinión, Petro, el Partido Liberal perdió en 1946 con Mariano Ospina Pérez (Partido Conservador) porque Jorge Eliécer Gaitán creó una disidencia inoportuna. No tuvo la paciencia estratégica de esperar su turno en la elección siguiente. Ospina obtuvo 565.939 votos (40,5%), Gabriel Turbay 441.199 (32,3%) y Gaitán 358.957 (27,2%). El liberalismo tenía 800.156 votos (59,5%); luego entonces hubiese podido superar al conservatismo por 234.217, pero la división lo mató. Además, como no existía la vicepresidencia, no fue posible que la fórmula ganadora fuese Turbay-Gaitán.

Petro, tú dices que si los alternativos no se unen en 2022 vendrá “el fascismo con consecuencias desastrosas”. No exageres. Es verdad que el uribismo ha gobernado con rasgos autoritarios, pero su continuidad en el poder tampoco sería el fascismo.

Por supuesto, estoy de acuerdo en que los alternativos deben gobernar a partir de 2022, pero la unidad en primera vuelta no es factible. En gran parte por la desconfianza que tú despiertas en el centro político.

Si a la segunda vuelta pasan la Coalición de la Esperanza y el Pacto Histórico sería una final inédita. Pero si solo lo hace un candidato alternativo lo políticamente correcto sería unirnos, hacer un acuerdo programático y gobernar juntos si ganamos.

@HoracioBrieva