El Superpuerto, como concesión, nació en 1998. Su promotor fue el empresario Manolo Del Dago. Entre 1999 y el 2000 se le otorgó la licencia ambiental. Sus gerentes han sido Nicanor Flórez, Rosy Del Dago, Eduardo Verano y Rodney Castro, quien ocupa el cargo hace cinco años.

Dos factores influyeron para que el Superpuerto no se construyera enseguida. Primero fue el clima de perturbaciones en Las Flores, asociado al narcotráfico, que dio lugar a un temible cuadro de inseguridad en la zona de la concesión. Luego, el litigio entre un privado y la concesión por un cable de fibra óptica que atravesaba el área asignada a la megaobra. El cable fue movido mediante sentencia. La concesión fue restablecida en el segundo semestre de 2012 y se le añadieron diez años perdidos.

Del Dago toma después la decisión de capitalizar la sociedad con las familias Daes y Mattos. Con su ingreso, se contrata un estudio con Moffatt & Nichol, el cual aconseja, en lugar de un puerto carbonífero, uno multipropósito, es decir, apto para todo tipo de carga. Eso implicó modificar la licencia ambiental y la concesión, e invertir cerca de 30 millones de dólares en estudios sobre sedimentación, oleaje, comunidades, finanzas y otros.

En 2015, la Anla entregó la licencia ambiental extendiéndola hasta 2055. Cormagdalena también acogió la modificación, porque el puerto carbonífero, estimado en 55 millones de dólares, mutó a uno multipropósito, calculado en 970 millones de dólares. Tal modificación se protocolizará con las firmas de Cormagdalena y la concesión, la que a partir de ese momento tendrá que pagar, por la cesión de las 815 hectáreas del proyecto, una contraprestación portuaria muy superior a los 1.400 millones de pesos anuales de hoy.

El Superpuerto quedará situado en la parte marítima de la punta del tajamar occidental y tendrá la doble condición de puerto de mar y río. Su construcción hoy depende de la concurrencia de una firma suiza con músculo financiero, experiencia portuaria y volúmenes de carga. La otra alternativa es una empresa de economía mixta con la Nación, el Departamento y el Distrito.

El Superpuerto, cuya profundidad será de 20 metros, recibirá los buques más grandes del mundo con 18.000 contenedores y generará 2.000 empleos directos y 8.000 indirectos. Habrá, además, una zona especial de almacenamiento y mantenimiento de las operaciones offshore (mar adentro) que han sido anunciadas.

El Superpuerto será un Hub (un puerto central) y las concesiones portuarias otorgadas a lo largo del canal de acceso serán terminales especializadas. Su eficiencia plena se logrará con la recuperación de la navegabilidad del río Magdalena. Cuyo tramo final tiene que convertirse en un ícono del turismo y en una alternativa de transporte, para lo cual habría que emular, por ejemplo, los taxis fluviales que funcionan en otras partes del mundo.

@HoracioBrieva