Estoy preocupado por mí. El 26 de julio se inauguraron en París los Juegos Olímpicos 2024 y ni por enterado me he dado, yo, que presumía de saberme los récords de un montón de atletas olímpicos, desde 1960 en Roma, cuando Abebe Bikila, atleta etíope, ganó el maratón olímpico corriendo 42 kilómetros descalzo sobre el pavimento romano durante 2:15:16. Nuevo récord olímpico. Primer atleta africano en conseguir una medalla de oro en juegos olímpicos. En 1964 repetiría en Tokio.
Cuando uno se adentra en ese mundo, descubre montones de situaciones, como la bajada de caña que le dio Jesse Owens a Adolf Hitler en los olímpicos de Berlín en 1936, cuando El Führer andaba en su rollo de la supremacía blanca y llegó este negro con la camiseta de USA y les arrebató 4 medallas de oro en 100 y 200 metros planos, relevo de 4x100 y salto largo, para dejar al máximo dirigente del Tercer Reich alucinando en blanco y negro. El final del cuento es que cuando Owens regresó a Estados Unidos, siguió siendo discriminado como afrodescendiente.
Ni siquiera he averiguado si ya empezaron las eliminatorias de mi prueba favorita, los 400 metros planos, para saber si ya igualaron o batieron el récord mundial y olímpico que ostenta el surafricano Wayde van Niekerk con 43,03 segundos logrado en Río de Janeiro en 2016 después de 17 años en poder del afroamericano Michael Johson con 43.18 segundos en 1999 en Sevilla.
Los Olímpicos de 1968 me entusiasmaron después de las hazañas que sucedieron. Dick Fosbury revoluciona el salto alto al hacerlo de espaldas, Jim Haines es el primero en recorrer los 100 metros en menos de 10 segundos, Bob Beamon realiza el “Salto del Siglo” al saltar 8.90 metros superando en 55 centímetros la marca anterior. Lee Evans impone nuevo récord 43,86 en la prueba de 400 metros planos y quedo con la sensación de ser esta una de las más difíciles porque en realidad son 100 metros 4 veces sin parar. El entusiasmo se convirtió en reto y me probé en 1969 en la liga de atletismo en Medellín, estudiaba en la Universidad de Antioquia, pero me habían escogido para la selección de basquetbol y tuve que decidir.
Para que vean que soy incluyente, menciono a Marita Koch de la República Democrática Alemana, quien ostenta el récord en los 400 metros planos femeninos desde 1985 con 47.60 segundos. También menciono a la primera atleta colombiana en ganar medalla de oro en unos juegos olímpicos, María Isabel Urrutia, en pesas en el año 2000 en Sidney en la categoría 75 kgs, venía de ser campeona en el Mundial de Halterofilia en 1990 y 1994.
Me sentaré frente al espejo, para ver cuál es mi negación.
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