Hay varios mitos alrededor de este número, pero el más aceptado se remonta a los años setenta y se refiere a unos chicos que se hacían llamar “Los Waldos” y se reunían a las 4:20 de la tarde, hora en que salían de clases y antes de ir a su casa se reunían a fumar marihuana, por lo que el número quedó como un código entre ellos y también como clave internacional. Hay otro evento relacionado con el uso recreativo de la marihuana en 1995 en Vancouver, Canadá, cuando 200 consumidores de cannabis lo hicieron en público para exigir su despenalización. A partir de este tipo de hechos se ha escogido el 20 del cuarto mes, abril, para festejar el Día Mundial de la Marihuana.

Hoy están sobre el tapete para la discusión dos puntos cruciales acerca del uso de la marihuana, desde lo legal acerca de la despenalización y uso recreativo, hasta su uso medicinal. Precisamente para eso nos reunimos ayer 20 del cuarto mes un grupo de profesionales a tirar carreta sobre el tema en la Casa Amarilla del Barrio Abajo con el programa “Reflexiones cannábicas desde la medicina, los derechos y los usos recreativos”: Joaquín Armenta, endocrinólogo; William Rochel Ochoa, abogado y director de la comunidad cannábica de Barranquilla; Dixon Camilo Calderón, fundador y CEO en Health Growres, y este servidor como psiquiatra. Las conclusiones para después.

Sé que se ha escrito mucho sobre la parte medicinal y hay mucha confusión al respecto porque todavía muchas personas satanizan a la marihuana por desconocimiento de sus principios activos. Una cosa es el THC, Tetrahidrocannabinol, el principio activo para “la traba” o “el viaje”; y otra muy distinta es el CBD, Cannabidiol, que es el que se utiliza con fines terapéuticos en un sinnúmero de enfermedades. Lo cual puede ser beneficioso o no dependiendo de cómo se utilicen.

Pongo el ejemplo del autismo y sus conductas disruptivas que se han manejado con muchos medicamentos sin ningún resultado y con efectos colaterales, y para los cuales se ha utilizado de manera empírica la marihuana por parte de algunos padres con resultados dispares, en algunos casos mejoraron y en otros empeoraron hasta cuando se pudo establecer que la diferencia de resultados se debió al uso equivocado de los componentes y esto debía ser regulado por profesionales. Hoy se cuenta con preparados de CBD que se venden comercialmente con buenos resultados dependiendo de para qué se usen.

Por mi parte, considero que sí es beneficioso el CBD para el manejo sintomático de muchas enfermedades y debe ser de conocimiento médico enseñado en las facultades de medicina, de hecho, ya lo prescribo para ansiedad y trastornos del sueño; pero se requiere de un proceso de educación en un país como el nuestro para que su uso libre y de manera recreativa no se convierta en un problema nacional por la forma en que manejamos este tipo de situaciones ante la ignorancia que nos define y los dobles mensajes por parte de los organismos del Estado que confunden a sus habitantes.

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