A sus 83 años, Marco Bellocchio, conocido por su rica herencia política y social siempre presente en sus películas, expone su nueva producción basada en el ensayo Il caso Mortara de Daniele Scalise.
Rapito narra la historia verídica de los Mortara, una familia judía de Bolonia en 1858. Aparentemente próspera y armoniosa, la vida de los Mortara se ve trastornada cuando los soldados del Papa irrumpen un día para llevarse a Edgardo (Enea Sala), su hijo de 6 años. Como muchos otros en su situación, el niño es secuestrado por la Iglesia Católica bajo el pretexto de haber sido bautizado por su nodriza cuando tenía apenas 6 meses.
Sin otro testigo del hecho, y basándose sólo en la palabra de la empleada, la iglesia procede bajo sus propios parámetros, sustentados tanto por el inquisidor del Santo Oficio de la ciudad, como por el mismo Papa. El increíble suceso pasa de escándalo local a suceso nacional e incluso internacional, sin que sea posible cambiar las posiciones rígidas, que responden a la crisis que vive la institución religiosa durante el mandato del Papa Pio IX.
La desesperada resistencia de los padres, Salomone (Fausto Russo Alesi) y Marianna (Barbara Ronchi), se torna en una dolorosa lucha, y el niño no entiende lo que pasa, ni por qué lo separan de sus padres. No hay razonamiento que valga cuando se lucha contra el muro del dogmatismo religioso, y el proceso de conversión empieza a acaparar la mente del niño, al principio como defensa y luego por convicción misma.
El filme, además de mostrar los conflictos de orden político y religioso del momento, refleja los problemas íntimos familiares, exponiendo los sentimientos del niño y de sus padres, devotos creyentes de su fe, y los sacrificios que deben hacer para poder sobrellevar la absurda situación.
Belloccio logra capturar la época con un diseño de producción excepcional y una banda sonora conmovedora, ofreciendo un melodrama que oscila entre el terror y la desesperación. Además de explorar las dinámicas familiares, la película aborda los problemas de discriminación sociale de la época, destacando uno de los abusos más dolorosos cometidos por la Iglesia Católica.
Rapito no sólo es un retrato de la persistencia de los mitos antisemitas sembrados durante la Inquisición, sino también una reflexión sobre cómo estas ideas continúan resurgiendo en tiempos políticos convenientes, muy aplicables al momento actual.
El filme se estrenó en el Festival de Cannes y se presenta en teatros y plataformas digitales.