En Días Perfectos, la nueva película del director alemán Wim Wenders, Hirayama (Kôji Yakusho) es un trabajador encargado de limpiar los baños públicos en el elegante distrito de Shibuya en Tokio. Al comienzo somos testigos de sus quehaceres cotidianos, que podrían parecer aburridos y monótonos, pero nos vemos sorprendidos con la expresión de satisfacción en su cara, que demuestra todo lo contrario.
Paralelo a esa rutina, Hirayama tiene otros intereses de los cuales disfruta a plenitud, como son sus libros y su música. También lo vemos contemplando la naturaleza, con escenarios donde los árboles cobran vida, y que él registra a través de su pasión por la fotografía. Esta admiración por las cosas simples no viene sola, y, de hecho, lentamente nos vamos enterando de anécdotas de su pasado que lo explican a través de reflexiones y encuentros.
Cuando Hirayama se sumerge en la lectura y la música, la cual escucha mientras se desplaza a los lugares de trabajo, incluyendo artistas como Patti Smith, Lou Reed, The Kinks y Nina Simone, sentimos cómo sus pequeños espacios, en apariencia solitarios, se enaltecen y se llenan de vida sin necesidad de mayor dotación. Todo lo que se requiere es la capacidad de absorción tanto visual como auditiva.
Con pocas palabras, pero con mucha sensibilidad, la historia de Hirayama nos deja especulando sobre los verdaderos valores del ser humano, sobre la posibilidad de encontrar belleza en las cosas más simples, y que la riqueza no se expresa en lo material sino en la cultura que adquirimos y nuestra destreza para apreciarla.
La fotografía, a cargo de Franz Lustig, contribuye a la ambientación de las minúsculas esferas donde transcurre la tranquila existencia de este particular personaje, que vive entre colores y rayos de luz, pero sueña en blanco y negro.
Este sorprendente filme, escrito por Wenders y Takums Takasaki, demuestra el grado de madurez del director, quien a los 78 años cuando lo filmó, pondera la dignidad del trabajo, de la naturaleza y de la sensibilidad, al tiempo que demuestra su admiración por el director clásico japonés Ozu Yasujirō, sobre el cual hizo un documental, Tokyo-Ga, en 1985.
Días Perfectos se estrenó en el pasado Festival de Cannes donde obtuvo el premio de Mejor Actuación, y se encuentra nominada al Oscar por Mejor Película Extranjera. Se presenta en teatros.