Escuchar bullerengue es una experiencia única que permite, a quien se sumerge en el género, quedar atrapado en una especie de trance, y quizás sea justo lo que necesitamos en estos tiempos de incertidumbre.

Como música ancestral, el bullerengue narra la historia de las comunidades afrodescendientes con una mezcla de lamento y alegría, afirmada en un ritmo contagioso que posee un poder sanador y regenerador.

Palu Abadía vivió esta experiencia de primera mano cuando tuvo el privilegio de apreciar el bullerengue en Nueva York, hecho que la llevó a participar en un festival de música afrolatina en Manhattan. La voz impresionante de Carolina Olivares tocó su alma y la conectó con sus raíces.

Los ritmos evocaban la vida de los esclavos que forjaron las murallas de Cartagena y era imposible no emocionarse al punto de tomar la decisión de hacer algo al respecto. Es así como surge la idea de este documental.

Palu explora ese sentimiento e inicia la búsqueda de sus raíces a través de la vibración de los tambores que llegan al alma, no sólo de los colombianos sino de cualquier persona sensible. Comenzó siguiendo a Carolina Oliveros, una barranquillera con una apasionante voz, quien cantaba con el grupo Bulla, y después de conectar con ella en la gran manzana, Palu decide viajar a la fuente misma en Montes de María, Colombia.

Allí conoce a las verdaderas maestras Ceferina Banquez y Pabla Flores, quienes le abrieron sus puertas y su corazón para transmitirle la sabiduría que poseían respecto al bullerengue, a las tradiciones de la región y al estilo de vida que llevan, que ha cambiado con el pasar de los años y con las incursiones de la “civilización” y la violencia.

Compartiendo los relatos de estas mujeres, el documental muestra el coraje y la valentía que han tenido para sobrellevar la presencia tanto de la guerrilla como los paramilitares, y seguir con las tradiciones, sobreponiéndose a los problemas individuales en nombre de la comunidad.

La película invita a reflexionar sobre cuestiones de raza e identidad, tradición y apropiación, arraigo y desarraigo, y gracias a maestras cantadoras como Petrona Martínez, Ceferina Banquéz y Pabla Flores, esta música ha comenzado a resonar, llegando a jóvenes interesados en preservar el folklore.

Catapum se presenta a partir del 9 de noviembre en la Cinemateca del Caribe.