La nueva película de Rubén Mendoza, aclamado y galardonado por producciones como Tierra en la Lengua (2014) y el documental Señorita María, la Falda de la Montaña (2017), vuelve a incursionar en la psiquis de lo femenino a través de Niña errante, un relato centrado en Ángela (Sofía Paz Jara), una joven de 12 años que está entrando en la adolescencia, en plena etapa de desarrollo.

Ángela es huérfana de madre desde su nacimiento, y se enfrenta a una nueva realidad que la obliga a madurar temprano, cuando su padre fallece víctima de un accidente de motocicleta en la ciudad de Cali.

Es allí cuando conoce a sus tres medio hermanas, Carolina (Carolina Ramírez), Paula (Lina Marcela Sánchez), y Gabriela (María Camila Mejía), que aparecen en el entierro, cada una proveniente de una madre diferente, y sin conocerse mucho entre sí. De manera irónica inquieren al público si hay mas descendientes, que se manifiesten.

Este hecho, aunque nos es familiar, resulta una aberración, y marca un trasfondo político y crítico sobre una sociedad machista, donde el hombre tiene la libertad de crear varias uniones familiares, dejando la responsabilidad de su prole a la mujer.

Una vez se conocen, las hermanas no quieren dejar a Ángela a la deriva, con la posibilidad de caer en manos de los servicios sociales. Entonces deciden embarcarse en un viaje por carretera, para dejarla al cuidado de una desconocida tía, y es aquí donde empieza el recorrido a través de paisajes geográficos absorbentes y aconteceres un tanto esperados.

Siendo mayores que ella, probablemente ya en la década de los 30, las hermanas representan, cada una a su manera, la madre que nunca tuvo. Con ellas descubre cosas que no conocía, sobre su padre, sobre la maternidad y la sexualidad, y sobre la historia de cada una.

Fantasía y realidad se mezclan al interior de su mente en ese trayecto donde las cuatro se ven obligadas a pasar horas dentro del carro, y en un motel donde permanecen mas de lo planeado, mientras se repara el automóvil que ha sido víctima del vandalismo regional.

Los cuestionamientos de la adolescente son válidos, a pesar de la concentración de la cámara en los cuatro cuerpos femeninos, casi de revista, que se mueven seductoramente. Y nos quedamos pensando, tal vez si no hubiesen sido tan perfectos, tal vez si nos hubiesen relatado mas.

Niña errante abrió el pasado Festival de Cine de Cartagena de Indias y participó en el l Festival Internacional de Cine Black Nights de Tallin, Estonia, donde fue galardonada con el Lobo Dorado como Mejor Película y Mejor Música.