Uno de los talleres que más les gusta a nuestros participantes de los retiros de pareja Los días para quererse, es el masaje erótico en pareja. Aquí les cuento algo de lo que enseñamos.
1. Dar y recibir. En estos ejercicios el intercambio de caricias es recíproco. La pareja alterna los papeles de tocar y ser tocados/as. De este modo cuando acariciamos a nuestra pareja nos concentramos en nuestro placer en tocar y luego nos alternamos para prestar atención a la experiencia de ser tocados.
2. El placer de tocar. Lo esencial es centrarse en las sensaciones. Tocamos por nuestro propio placer y nos concentramos en lo que sentimos en nuestro cuerpo y mente al acariciar a nuestra pareja.
3. El don de recibir. Cuando recibimos las caricias préstamos atención a las sensaciones que nos produce el toque de nuestro conyugue.
4. Las caricias serán lentas y suaves. Las caricias más leves, suelen ser las más estimulantes. Empiezas por zonas del cuerpo que no implique los genitales para luego lentamente, sin afanes, desplazarse hacia ellos. La forma de tocar centrándose en las sensaciones es muy dulce y tranquila de esta forma nuestro cuerpo y mente se calmaran preparándose para la experiencia sensual. Si crees que ya vas despacio, prueba a cerrar los ojos e ir tocando todavía más lento. La lentitud es importante, tanto para ti como para tu pareja. Nos concentramos más si la caricia es lenta.
5. Es fundamental mantenerse en el aquí y en el ahora del encuentro sensual y sexual que tenemos. Si eres el receptor/a de las caricias, céntrate en la parte del cuerpo que tu pareja está tocando, no la que tocaba hace cinco minutos, ni la que en un futuro tocara… Estar concentrado/a en el presente es la clave del placer. Concéntrate igual cuando toques.
6. Eliminar expectativas. Este ejercicio requiere un tipo de interacción entre la pareja sin ningún tipo de exigencias. No hay tensión por conseguir ningún tipo de objetivo, ni meta. Lo esencial es ver el sexo como una actividad de placer y no como una situación en la que tenemos que conseguir algo. Pensar en conseguir una erección, un orgasmo, excitación sexual, puede interferir en nuestro disfrute sexual. Pensar en el sexo de esta manera nos mantiene más en la cabeza que en el cuerpo. Nos concentramos tanto en la meta del orgasmo que es difícil poner atención las sensaciones sensuales por todo el cuerpo. Tratemos de recordar que el sexo existe para nuestro disfrute.
Beneficios que puede darse con este ejercicio:
Aumentan tu deseo sexual al dedicar tiempo a estimular nuestro cuerpo y el de nuestra pareja.
Elimina las tensiones de las relaciones sexuales. Al no tener ningún tipo de exigencia, ni expectativas del orgasmo las parejas se relajan y disfrutan del placer del aquí y ahora.
Mejora la frecuencia sexual de la pareja al planificar sus ejercicios sexuales.
Refuerza el vínculo de intimidad corporal y emocional.