Pedir asilo y refugio se convirtió en una práctica común para cumplir el sueño de llegar al país de la estatua de la libertad, iniciar una nueva vida y poder enviar ayudas a sus seres queridos, quienes siguen resistiendo el sufrimiento que padecen en sus países de origen. — El gobierno de los Estados Unidos ha decidido tomar acciones drásticas para controlar la inseguridad que había ganado terreno y se apoderaba de las ciudades norteamericanas. El aumento exponencial de inmigrantes que huyen de sus países de origen en busca de una mejor calidad de vida, en algunos casos en peligro de muerte o amenazados por los regímenes de dictadura, de la violencia y de la pobreza, poniendo en peligro sus propias vidas, cruzando fronteras de varios países, sometidos a los abusos de traficantes, que se hacen llamar coyotes; quienes, a cambio de dinero, prometen llevarlos hasta territorio americano. Miles de seres humanos, hombres mujeres y niños han perdido sus vidas en el intento; son asesinados para robarles sus pertenencias, otros perecen arrastrados por las corrientes de los ríos, ahogados, desaparecidos; también se escuchan relatos de mujeres y niñas sometidas a violaciones y a vejámenes durante la travesía. Esta peligrosa aventura empieza en las selvas del Darién, atraviesa todos los países de Centroamérica incluido México, en donde intentan cruzar la frontera y pisar la tierra prometida.

Pedir asilo y refugio se convirtió en una práctica común para cumplir el sueño de llegar al país de la estatua de la libertad, iniciar una nueva vida y poder enviar ayudas a sus seres queridos, quienes siguen resistiendo el sufrimiento que padecen en sus países de origen.

Permanecer en Estados Unidos de Norte América sin el lleno de los requisitos legales permite que personas en busca del sueño americano lleguen a trabajar y a encontrar una mejor calidad de vida que no les es posible en sus países. Sin embargo, entre ellos también llegaban delincuentes peligrosos y pandilleros transnacionales, que ponen en riesgo la seguridad y la vida de los ciudadanos y de las autoridades. El gobierno de los Estados Unidos no podía permitir que las calles de las ciudades norteamericanas se vieran bañadas en sangre por la delincuencia y por las luchas entre las pandillas de narcotraficantes, que desatan sangrientas guerras por el poder y control de la venta de drogas, ya no solo es la cocaína proveniente de Suramérica, sino el auge por el consumo de las drogas sintéticas y el Fentanilo que destruye a miles de familias y genera millones de dólares en ingresos a los narcotraficantes y carteles.

Fue esta la razón por la que el gobierno dio inicio a una persecución contra los inmigrantes que se encuentran en suelo americano de manera irregular; quienes han sido elevados a la categoría de criminales, perseguidos, arrestados dando como resultado que miles de personas han sido deportadas a sus países de origen o encarceladas y remitidos a una cárcel de máxima seguridad en el salvador.

@lavozdelderecho