Soy una defensora y hacedora de sororidad, estoy convencida que es el camino para deconstruir y desarraigar tanto machismo perverso que históricamente ha hecho daño, la hermandad entre mujeres es necesaria, no seguir cayendo en el paradigma patriarcal de que somos enemigas y que siempre tenemos que estar en competencia, es hora de vivirnos desde las diferencias pero sin estar en conflicto, no tenemos que ser iguales ni soportar lo que no queremos, pero si conciliar con una postura menos dañina entre mujeres.
La sororidad no se puede confundir con el pendejismo de aceptar la deslealtad manifiesta de algunas mujeres, aquellas a las que se le brinda el apoyo a sus sueños, proyectos y planes, pero devuelta solo recibimos sus murmuraciones, hipocresía y el fantasma de la envidia, eso no puede ser aceptado desde ningún punto de vista, es hora de hacer equipo y trascender a esos imaginarios mezquinos entre nosotras.
Si le brindamos el apoyo a una la respuesta debería ser un simple agradecimiento traducido en lealtad, no en actos de criolla chismografía que a la única que dejan mal es a ella misma, pues no tiene sentido que el mundo entero observe la buena conducta de sus amigas hacia ella y ella continúe haciendo oda al machismo y reafirmando que no podemos ser aliadas. Mientras sigamos en esa pésima costumbre de vernos y tratarnos como enemigas y en constante competencia desleal, estaremos cosificándonos y sometiéndonos a un machismo que sigue cómodo y campante en su trono.
Reafirmo que soy sorora y estaré para ayudar a todas quienes pueda, pero ojo no confundan esa postura feminista y generosa con el pendejismo, porque no será así nunca. Yo no puedo permitir por dignidad y respeto hacia mi ser que una de las que considero aliadas, colega de género o amiga haga parte del equipo de enemigos que busca combatir los sueños de otras a punta de chismes y necedades que ya basta de replicar.
Es momento de humanizar la sororidad, bajarla de la retorica y darle rostro, piel, color, olor y vida en las acciones, es hora de dejarnos de mentir y recomenzar un camino deconstructivo del machismo y disruptivo con todo lo que impida una vida en equidad e igualdad de derechos y garante para todas las niñas y mujeres.
Soy y seré sorora siempre pero jamás pendeja, no es una advertencia es una política de vida y si están en mi camino desde la transparencia hasta el infinito y más allá cuenten conmigo pero de lo contrario entiendan que desde el respeto ya están fuera de mi vida, por mi salud mental y emocional ese bloqueo es inmediato, la sororidad se vive desde la verdad o no, así de radical y contundente.
Abrazo a todas las mujeres que viven la sororidad al máximo y adiós a quienes su careta se le cae en el primer viento fuerte que pasa, esto es con toda la transparencia o no es. Que la sororidad sea el camino para que las mujeres conquisten el mundo y lo transformen no para la autodestrucción.