¿De dónde viene la locución ‘pedir cacao’? Jorge Atanasio, B/quilla
‘Pedir cacao’ tiene varias acepciones: pedir perdón, clemencia, indulto; rogar por un trabajo, un chance, un favor; humillarse, implorar…: “Mi hermano despilfarró su herencia, y ahora me está pidiendo cacao”. “Juan sacó 2,9 en física, pero le está pidiendo cacao al profesor para que le ponga 3”. La expresión surgió en la Colonia, en Venezuela, gran productor y exportador de cacao de calidad, al punto de que en el siglo 19 el fruto, con el que ese país zanjaba ciertos negocios internacionales, era el equivalente a su petróleo de hoy, esto es, era el motor de su economía. Además, el cacao llenaba de prestigio y era señal de riqueza, poder y supremacía, y a quienes poseían una finca cultivada con el fruto les decían “los cacaos”. Así, cuando merodeaba un necesitado de dinero o de otra cosa le decían “pídele al cacao”, que se convirtió en “pedir cacao”. En Colombia, a los poderosos de las finanzas también los llamamos “cacaos”.
¿Cuál es el origen de la expresión ‘echar una cana al aire’? William Reyes C., B/quilla
La frase alude a la diversión ocasional de quien escasas veces tiene esa oportunidad, o a quien se recrea haciendo una pausa en sus obligaciones o fuera de sus rutinas habituales: “Juan se echó una cana al aire. Escapó del trabajo para ir a jugar fútbol”. Otro de sus usos es para referirse a quien hace algo atrevido para su edad: “Mi abuela, de ochenta años, quiso echarse una cana al aire y se lanzó en paracaídas”. Pero el uso más corriente es cuando una persona que peina canas le es infiel a su pareja: “Después de 30 años de matrimonio, José quiso echarse una cana al aire, pero su mujer lo botó”. Echar canas al aire hace creer que se es más joven y más potente para afrontar con éxito un combate amoroso, que por lo general es esporádico, pues al final la mayoría de adúlteros regresa junto a su pareja.
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