Pregunta: Cuando jugaba fútbol, a mi hijo le dijeron que el balón le había pasado por el orto, y luego me preguntó qué era eso. Ricardo Camerano, B/quilla.

R.: ‘Orto’ tiene dos acepciones: la primera dice que es “la salida o aparición del Sol o de cualquier otro astro por el horizonte”. La segunda, que es un prefijo de origen griego que significa ‘correcto, recto’ y hace parte de palabras usuales, como ortografía (escritura correcta), ortodoncia (diente recto). Al ser el adjetivo ‘recto’ uno de los significados del prefijo ‘orto-’, es razonable que esta última palabra se haya asociado a ‘culo’, sentido con el que se usa en la Costa y en Argentina. Busqué en un diccionario de lunfardo (el habla popular del Gran Buenos Aires) y, en efecto, en él se dice que ‘orto-’ tiene el sentido de ‘nalgas, trasero, culo’. En la Costa existe la exclamación ¡orto!, que se lanza cuando a alguien le pasa un balón o cualquier otro objeto en medio de las piernas, es decir, por debajo del recto… o del orto. 

P.: ¿De dónde sale la palabra ‘birlibirloque’? Enrique Berrío, B/quilla. 

R.: ‘Birlibirloque’ es una palabra mágica, como lo son ‘sésamo’ o ‘abracadabra’. Es abreviación de ‘birliquibirloque’ y su uso, cabalístico, se remonta a 1770. Nunca se expresa sola, sino dentro de la locución ‘por arte de birlibirloque’, que traduce ‘por arte de magia’ (o ‘de encantamiento’). Con la frase se intenta decir que algo sucedió debido a fenómenos asombrosos o cargados de misterio o paranormales. María Moliner así la define: “[Algo que sucede] de manera inexplicable, sin que se sepa o se pueda comprender cómo ha ocurrido; por ejemplo: ‘Apareció encima de mi mesa por arte de birlibirloque’ ”.

P.: De muchachos le ‘cogíamos punta’ a la profe cuando estaba sentada. ¿De dónde viene la expresión? Víctor Maestre Orozco, Salamina.

R.: Su origen es incierto, pero me aventuro a decir que de alguna manera tiene que ver con erección. En octubre del 2017 me llegó esta pregunta: “¿Fisgonear, como dicen en España, es lo mismo que coger punta?”, y contesté: “Es lo mismo, así como es lo mismo voyerismo, una conducta que algunos asumen para alcanzar excitación observando de manera furtiva la actividad sexual de otros o la desnudez o parte de las zonas íntimas de una mujer aprovechando una mala postura o un descuido suyos, siempre a través de una cerradura, un dispositivo oculto, un espejo, una rendija… Esa excitación la refuerza la sensación de observar sin ser observado y el peligro de ser sorprendido. Si a una mujer el viento le levanta la falda y se le ve su ropa interior, no se ha cogido punta, pues coger punta implica clandestinidad.

Dos de las cogidas de punta más célebres son la del rey David, quien desde una terraza atisbó a Betsabé, futura madre de Salomón, mientras esta se bañaba, y la del pescador de la población de Plato, quien mediante un conjuro se convertía en caimán para espiar a las jóvenes desnudas en el río”.

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